Astrid Álvarez ha sido designada por el alcalde Peñalosa para dirigir la Empresa de Energía de Bogotá (EEB), fue la gerente de su campaña electoral y según reseña el portal Las Dos Orillas no aceptó ninguna Secretaría a la espera de ser nombrada presidenta de la EEB, para lograr el propósito y forzar el retiro de su sucesor Ricardo Roa, los bogotanos tuvimos que pagarle a éste una millonaria indemnización cuyo valor se acercó a los mil millones de pesos, luego de que el alcalde cambiara la junta directiva, introduciendo a nuevos miembros que según el mismo portal, poco conocen del sector eléctrico.
Álvarez no es nueva en la función pública, durante la alcaldía de Mockus fue presidenta de la Empresa de Acueducto, se le recuerda por la polémica solicitud en el 2001 a la CRA de desmontar el subsidio en la tarifa complementaria en un periodo de transición y el aumento de las tarifas en un 31% a pesar de que la misma CRA hubiese ordenado una rebaja en las tarifas del 19,87%, en la Bogotá del pasado el agua no era considerada un derecho vital.
El interés de Álvarez en el sector energético y sus buenas relaciones políticas la llevaron a ocupar la vicepresidencia administrativa de Ecopetrol, rápidamente tuvo que retirarse del cargo luego de conocerse unas grabaciones en las que sostuvo conversaciones con uno de los participantes en la licitación de contratación de transporte aéreo, conversaciones en las que se evidencia la presunta intención de favorecer a la empresa oferente Helicol, y en las que promete hacerle llegar a Mauricio Villegas –Presidente de Helicol- a través de una funcionaria un “tema confidencial”. El entonces zar anticorrupción y hoy coequipero de Álvarez y Peñalosa en el equipo por Bogotá, Rodrigo Lara Restrepo, así lo expresó en la W radio. Estas denuncias reposan y al parecer seguirán reposando en la Procuraduría.
Álvarez volvió a aparecer en la escena pública por cuenta de los trabajadores de EMCALI, quienes develaron su condición de socia en la empresa Baliza Consultores, que fuera contratada a dedo por la entidad para dar un apoyo temporal al área directiva, señalando cuatro procesos penales que cursan sobre ella por celebración indebida de contratos, peculado y falsedad.
El contrato a dedo fue duramente cuestionado, además, porque Oscar Pardo, gerente general de EMCALI, es amigo personal del esposo de Álvarez y fue consultor de Ecopetrol mientras ella fue vicepresidenta administrativa, también por el hecho de que Nelson Valencia, directivo encargado de contratar a Baliza, haya sido subalterno de Álvarez en la EAAB durante la alcaldía Mockus, trabajadores de la empresa pública han protestado pidiendo la finalización de contrato de EMCALI con consultora Baliza, que se ha valido incluso de suplantar la identidad de personas fallecidas.
La Empresa de Energía de Bogotá (EEB) es una empresa boyante, con uno de los mejores desempeños en la Bolsa de Valores de Colombia, las acciones de la EEB han sido de las pocas que se han valorizado en los últimos años, tan sólo por dividendos la ciudad recibió $837.323 millones en el 2015, tiene un portafolio de cerca de US$800 millones, representados en operaciones nacionales e internacionales y es dueña además de una de las mayores transportadoras de gas de Latinoamérica. Bien vale la pena preocuparse.
Estas referencias fácilmente verificables en internet no han servido para que exista una sanción formal, pero quizás sirvan para que exista una sanción social, las comparto para enviarle una invitación a quienes creemos que hay que quitarle la política a la rosca y entregársela a la gente, según el portal KienYKe Astrid Álvarez también gerenció la “ola verde”, aquel movimiento que acompañó la campaña presidencial de Mockus bajo el lema “No Todo Vale” y que hoy se jacta de haber recuperado a Bogotá; a los que gritaron “No todo Vale” en las calles y además se dejaron convencer de que a Bogotá había que recuperarla, pero ahora se dan cuenta de quiénes y para quiénes, a la ciudadanía que está por fuera de la rosca, que es la gran mayoría, no podemos volvernos a equivocar, la historia no nos lo perdonará.