El pasado 02 de Octubre, la victoria del no en el Plebiscito fue una manifestación ciudadana, la cual le entregó al Presidente Santos, el mandato y las banderas del No, que es representar la posición de ellos en la mesa de diálogos en La Habana, entre Gobierno y Farc. Para ello los distintos sectores que ganaron el plebiscito, entregaron al Presidente Juan Manuel Santos, diferentes propuestas punto a punto sobre el acuerdo.
En la coyuntura de estos 29 días después de la victoria en las urnas, por más de 50.000 votos, se ha creado un ambiente en el país de polarización, unos por parte del Gobierno Nacional, las Farc y movimientos espontáneos, dentro de lo cual se dice, que se apruebe el Acuerdo firmado en la Habana de forma automática, ignorando la manifestación ciudadana en las urnas, pues no tuvo una incidencia sobre el 50% de la población.
En ese ambiente, se ha dicho que los del no, tuvieron todo el acceso de medios de comunicación en la misma medida que las campañas y comités promotores del Sí, y esto léase, Cuñas radiales y pautas publicitarias en televisión; además también se ha dicho que la campaña del no, engañó al país, y yo me pregunto quién fue el que dijo: “Si gana el No al día siguiente habrá nuevamente guerra”, o mejor “Si gana el No se acaba el proceso”; ese fue no solo un engaño, sino una amenaza al país, y fue el Presidente Santos quien dio este ultimátum desafiante a los colombianos y a la comunidad internacional.
Otro detalle muy particular en la campaña del sí, fue que tuvo el apoyo mayoritario de entidades públicas del país, también léase, una alta cantidad del dinero público del país destinado a esta campaña; por otra parte el no, contra todos los partidos políticos del país –salvo el Centro Democrático– y la mayoría de las entidades públicas, tuvo la victoria, y aún así sectores del sí, dicen que fue una campaña equilibrada y que la distancia es muy corta.
La Organización de Estados Americanos (OEA), tuvo el día de la votación una Misión de Veeduría Electoral (MEV), compuesto por integrantes de países de América Latina encabezada por el expresidente de Guatemala Álvaro Colom y 75 observadores, la cual dio algunas conclusiones, que quisiera poner en conocimiento de ustedes.
Para la OEA, el proceso electoral fue totalmente sano en el 97% de las mesas observadas, se valoró además la rapidez con que la Registradora Nacional entregó los resultados y la eficiencia que se tuvo en términos de tiempo, sin embargo con un alto nivel de abstención por parte de los votantes.
Por otra parte, la misión felicitó al Gobierno Nacional por dar a conocer el Acuerdo y publicarlo en todos los medios posibles, aunque el MEV se cuestiona en primer lugar cómo se llevo a cabo una campaña de forma abstracta, donde se intentó decir que con este Acuerdo nacía la paz en el país, cosa que así no iba a ser, sino que podía ser el comienzo y dar un paso hacia ese camino.
Además para la Misión de la OEA, hubo un desbalance tanto en el acceso a medios de comunicación, como en el financiamiento político – electoral a favor del sí. Y sobre todo -dice la OEA- se amplió este desbalance con la posibilidad de que los funcionarios públicos hicieran campaña por una de las dos opciones, aspecto que nunca antes había pasado en el país; y que se observo por parte de quienes manejan los dineros públicos apoyando una sola opción, el sí.
El mes de campaña del Plebiscito fue arduo, difícil, con muchos argumentos, aunque desigual, a mis amigos que votaron a favor del sí, lo saben, a quienes defendimos el no, lo vivimos. Los 50 mil votos de diferencia fue una victoria de la defensa y soberanía del pueblo colombiano, quienes hoy nos unimos al camino de la paz, desde un acuerdo que represente a todos los colombianos.