Hoy la crisis carcelaria cobra una nueva vida. Un joven quién era funcionario de TransMilenio y que por cumplir su labor de evitar que un hombre se colara en el sistema masivo de transporte público, fue vilmente asesinado con arma blanca, por un individuo que tenía un prontuario delictivo, por delitos graves tales como el de tentativa de homicidio que de acuerdo con la ley penal colombiana no sería excarcelable, teniendo en cuenta la gravedad de la conducta y el bien jurídico a tutelar. Sin embargo, no entendemos por qué se encontraba en libertad y sin ninguna medida restrictiva en su contra.
Ahora bien, la ley de pequeñas causas, contempla que delitos tales como el hurto, las lesiones personales, la injuria y la calumnia son excarcelables, toda vez, que son considerados de menor gravedad, pero constituyen uno de los principales flagelos para la seguridad ciudadana, ya que actualmente su trámite penal es engorroso y en muchas ocasiones se genera el fenómeno de vencimiento de términos, dejando en libertad a delincuentes peligrosos como el que mató ayer al joven Leonardo Licht, quienes constituyen un inminente peligro para la seguridad de los ciudadanos.
Pero la situación es más grave de lo que parece, ya que el actual sistema carcelario afronta una de las más grandes crisis de los últimos años, teniendo en cuenta que hay cerca de 25.000 detenidos en las cárceles colombianas y muchos de ellos sin que se les haya resuelto la situación jurídica y a la espera de una sentencia y 4.837 llevan más de tres años en dicha circunstancia.( ver nota).
Dichas cifras son alarmantes, pero es más preocupante el hacinamiento en el que se encuentran los reclusos en dichas cárceles, lo cual nos lleva a preguntarnos si se requieren más cárceles o la creación de un nuevo sistema penal, que solucione la crisis en la administración de justicia y diseñe una política pública que resocialice y eduque a los presos en las cárceles, garantizándoles una vida digna, pues ya que, de algo si estamos seguros es que el preso que ingrese a una cárcel sale peor de lo que estaba, reincidiendo en su actuar delictivo.
Por lo tanto, solicitamos al fiscal general, al ministro de justicia y demás entes competentes que no sean indiferentes y solucionen la crisis que cada día cobra nuevas vidas que en muchas ocasiones quedan en la impunidad.