Por: Ana María Gardeazabal

Dentro de los muchos líos que ya relacionan a varios políticos colombianos con Odebrecht, se encuentra el presunto aporte de un millón de dólares a la campaña electoral del actual Presidente de Colombia Juan Manuel Santos, así como también otro presunto aporte a la campaña de Oscar Iván Zuluaga ex-candidato presidencial en 2014.

La telaraña de corrupción de la empresa Odebrecht es muy compleja y en Colombia ha dado lugar alrededor de once investigaciones según lo afirma el Fiscal General, sin embargo esta red de corrupción operaba bajo una formula bastante sencilla que consistía en presionar (y sobornar) a políticos a cambio de que favorecieran los intereses de la empresa a la hora de conceder contratos y modificar leyes según lo que explica Cláudio Melo Filho, uno de los altos funcionarios de Odebrecht.

Para Odebrecht el negocio era perfecto, primero porque era llevado a cabo en América Latina donde el nivel de corrupción es bastante alto, lo cual lo hacía un blanco fácil y segundo porque se trataba del sector de infraestructura, sector donde se invierten la mayoría de recursos en todos los países y en caso de desviar dineros, este sector es el que mayor utilidad otorgaría, en otras palabras es una “Mina de Oro”.

Después de la tormenta política de estos últimos días, el Secretario de Transparencia de la Presidencia de la República, Camilo Enciso, ha tildado de falsas las acusaciones de Bula, afirma que el ex senador manipulado por el partido Centro Democrático, quiere desprestigiar el nombre de Santos y su campaña, al respecto dijo: “ es la palabra de un delincuente (Otto Bula) que busca a cualquier precio beneficios judiciales”, lo que en pocas palabras implica que es la palabra del Presidente, de su equipo asesor de campaña, sus ministros, secretarios y congresistas contra la palabra del ex congresista Otto Bula, sin embargo, hay varias razones para creer que no está del todo equivocado.

En primer lugar, es de sentido común para cualquier corrupto, incluso para Bula, que realizar tales acusaciones a la figura presidencial implica atarse una soga al cuello ya que por más separación de poderes que exista en la democracia colombiana el presidente cuenta con amistades, contactos y poder que le permiten escabullirse de cualquier acusación en contra de su persona, tanto es así, que tras la rueda de prensa dada por el Fiscal General Néstor H. Martínez, el primero en enterarse de la información probatoria con la que contaba la fiscalía fue el Presidente (el acusado) a través de una llamada al fiscal. De manera que la pregunta es ¿Cuál es la justificación racional y valedera para que Bula “inventase” tal “historia”?

Segundo, es claro que la adjudicación y ejecución de proyectos que tenía la empresa Odebrecht en Colombia sería bajo el mandato 2014-2018, de manera que independientemente de quien fuese el presidente de Colombia la empresa Odebrecht no podía descuidar sus intereses económicos, por lo que no es difícil deducir que con el objetivo de tener a los dos candidatos de su lado, realizo el pago millonario a cada una de las campañas.

Tercero, para el año 2014 la ex ministra de transporte Cecilia Álvarez avala una adición de 900.000 millones de pesos al contrato de la Ruta del Sol, tramo II, contrato adjudicado a la compañía Odebrecht desde 2009, quince días antes de dejar el cargo, Álvarez autorizó sin estudio previo dos peajes en la vía Ocaña – Gamarra, estos fueron construidos en 2016 cuando la obra no contaba con un avance mayor al 25%, todo esto debido a que como asegura Otto Bula presuntamente una de las condiciones con Odebrecht para dicho tramo era la creación de estos peajes. Frente a todas estas irregularidades, la pregunta que se suscita es ¿Cómo el Presidente Juan Manuel Santos no se percató de una adición de 900.000 mil millones de pesos para una obra de ejecución nacional que sumaba tres veces más el costo inicial de la obra?, de manera que esta compañía no era desconocida para el Presidente de la República, como tampoco fue desconocida para la entonces ministra Cecilia Álvarez.

Cuarto, el testimonio que relaciona a Roberto Prieto, Gerente de Campaña de Juan Manuel Santos, con Odebrecht no es únicamente el testimonio del señor Otto Bula, como los asesores más allegados al Presidente lo han querido mostrar. Otro testimonio que relaciona al señor Prieto es el del ex Viceministro de Transporte Gabriel García, quien afirma que en una conversación sostenida con el Presidente de Odebrecht en Colombia el señor Luiz Bueno, este aseguró que la empresa y el señor Prieto eran muy cercanos y que Prieto seria clave para la próxima campaña presidencial. Para este caso el Presidente Santos tampoco fue notificado por parte del ex viceministro García, de la cercanía entre Prieto y Odebrecht.

Quinto, después del testimonio que dio el señor Otto Bula respecto a cómo habría sido entregado este millón de dólares a la campaña de Juan Manuel Santos en 2014 y del testimonio del ex viceministro García acerca de la cercanía de Odebrecht y Prieto, la fiscalía afirma que no tiene material probatorio “concreto” que muestre que Prieto recibió este dinero. Es evidente que el dinero no iba a ser recogido por el propio Roberto Prieto y mucho menos por el Presidente, es claro que se necesitaba un tercero que actuara como enlace, es decir si el material probatorio que se está buscando es un “Acta de Reunión” con las firmas de Roberto Prieto, Juan Manuel Santos, Otto Bula y un desprendible de pago… de seguro no se encontrará. Pero la evidencia circunstancial es clara.

En conclusión seguramente Roberto Prieto terminará bien librado y el Consejo Nacional Electoral determinará que no existen pruebas que muestren la superación del tope de la campaña de Juan Manuel Santos, así que no habrá una sanción administrativa. Sin embargo más allá de la sanción administrativa que se podría dar en este caso, el lio de Odebrecht configura muchos más delitos como enriquecimiento ilícito, lavado de activos, incluso tráfico de influencias, entre otros, que también deberían ser evaluados. Respecto a este tema quedan muchas preguntas por resolver, ¿Cómo entro tal cantidad de flujo de dinero por parte de Otto Bula al país?, ¿Cómo se dieron tales irregularidades en la contratación y ejecución de los proyectos de infraestructura vial sin que nadie se percatara?, ¿Conocía el Presidente tales situaciones?, ¿Prieto era cercano a Odebrecht? Etc., pero al final del día no será culpa de la DIAN, ni de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), ni de los ministros, ni del Presidente, ni de nadie…

Twitter. @anamgardeazabal