Ya vamos terminando el mes de febrero y las estadísticas e indicadores en materia de economía que tuvieron lugar en el 2016 se empiezan a materializar; y con esto se demuestra el crecimiento casi sufrido que sostuvo la economía latinoamericana en especial la de Colombia para el año inmediatamente anterior. México creció un 2.4% en el 2016, las perspectivas de crecimiento del mismo año están para Perú, Chile, Brasil y Argentina en promedio del 3.8%, 1.4%, -3.6% y -1.9% respectivamente.
Lo que quiere decir que las dos más grandes economías de Latinoamérica, ósea Brasil y Argentina están creciendo a tasas negativas y su coyuntura en materia económica, vienen sufriendo un proceso de transformación; dado que en la Argentina se está estabilizando el nuevo Gobierno y con él, las nuevas políticas neoliberales de Mauricio Macri que tratan de corregir los problemas de inflación y deuda que dejo CFK, y en Brasil los escándalos de corrupción desencadenaron una crisis política que dejo una presidenta destituida y grandes deudas en las cuentas fiscales.
En México la situación para el 2016 fue buena, aunque no se hubiera crecido a tasas significativas y potenciales, es de valorar que haya crecido siendo un país con fuerte dependencia del petróleo y en especial, cuando este toco alrededor de los 31USD por barril. En Chile sucedió algo parecido con el precio del cobre, donde este toco mínimo de 2.07USD y aun así se cree que el crecimiento será de un 1.4%. Por ultimo hay que felicitar a Perú, un país emergente, que se va a abriendo camino en la región mediante una Política Fiscal expansiva, moderada y enfocada en la construcción de infraestructura y la reducción de deuda fiscal – a tal punto que es el país de la región con menor déficit fiscal-.
Lo anterior significa y estima que Latinoamérica habría crecido en promedio de un 2% para el 2016, exactamente lo que creció Colombia en el mismo año. Siendo este un año de dura transformación para el aparato productivo en Colombia, dejamos de depender netamente de los ingresos de materias primas y no enfocamos en otros sectores, como el de intermediación financiera, construcción e industria manufacturera y además estamos en el promedio de crecimiento económico de la región.
Por ende, es complicado aceptar que nos equivocamos en algunos momentos cuando lanzamos juicios basados en referenciales emocionales y no tenemos en cuenta las tasas de referencia estadística. Y muchos de nosotros mencionamos durante gran parte del año pasado y al inicio de este, la importancia de diversificar nuestra economía, disminuir la dependencia a los commodities, la preocupación que las alzas de las tasas de interés frenaran el crecimiento del sector financiero y/o la preocupación por hacer crecer el sector primario en Colombia, sin tener en cuenta las estadísticas.
Y es que estas, ósea las estadísticas, han demostrado una realidad totalmente diferente a la que anda en voz a voz. Primero: se ha dicho que hay que disminuir la importancia de las materias primas, y en realidad se hizo; para el 2013 el Gobierno recibía el 3.3% del PIB en ingresos petroleros, para el 2016 la cifra era menor al 1% del PIB y dentro del presupuesto del 2017 no se tienen estipulado tener ingresos por petróleo, lo que significa que cualquier ingreso dependiente del petróleo será un superávit dentro de la cuenta fiscal del gobierno, además la Explotación de Minas y Canteras para el 2016 fue del -6.5%, lo que significa que las inversiones en el sector están disminuyendo y eso mejora la diversificación de la economía y la dependencia al sector petrolero.
Segundo: se mencionó que las alzas de las tasas de interés del Banco de la Republica que se venían ejecutando desde el 2014 y que en el 2016 alcanzó un máximo de 7.75%, harían que el sector financiero tuviera rezagos en su crecimiento, sin embargo, la realidad en el 2016 fue diferente, pues la Intermediación financiera creció un 11.1% para dejar el sector financiero, asegurador e inmobiliario en un crecimiento del 5% durante todo el 2016. Lo que significa que el impacto en la tasa de interés va en contra de la teoría economía, que indica que, a mayor costo del dinero, menor es la demanda del mismo.
Y Tercero: se mencionaba durante parte del 2016 que el sector agropecuario necesita mayor inversión para el crecimiento, y puede ser verídico hasta el primer trimestre del 2016 donde el sector creció un -2.5%, pero en las siguientes ¾ partes del año mantuvo un crecimiento sostenido del 0.9% para el segundo trimestre, 1% para el tercer y un 2.6% para el ultimo trimestre del 2016. A tal punto que fue en este trimestre que el sector agrícola recuperó con su crecimiento, lo que se perdió en el mismo trimestre en el sector de explotación de minas y canteras.
Demostrando en los párrafos anteriores y asegurando lo que se mencionó en los párrafos iniciales, que estamos en un proceso de transformación económica, donde estamos dejando de depender de los commodities, para empezar a depender del sector agrícola, y de industrias manufactureras – que creció un 3% en el 2016-. Esto sin perder el crecimiento del sector servicios, construcción e intermediación financiera, que siguen siendo importantes en la economía colombiana y son los culpables que en el 2016 al menos hayamos crecido al 2%, cifra que como mencione al comienzo, está en el promedio de la región y por encima de las dos grandes economías de Latinoamérica.
Sin embargo, lo importante de esto, es que esta cifra nos invita a reflexionar de manera racional sobre la economía Colombia y analizar las estadísticas de la producción, al mismo tiempo nos incentiva a dejar a lado los referenciales emocionales que nos muestran algunos medios y personalidades que critican al gobierno por su gestión en materia económica. Porque siendo sinceros no es fácil haber crecido en el 2016, con unas exportaciones de 33.000 Millones USD, cuando en el 2013 eran de 60.000 Millones USD.
*Los datos son tomados del último reporte de crecimiento del DANE, presentado el 22 de febrero del 2017.