Hace poco tiempo, un directivo del programa de economía de la Universidad de La Salle – la cual me forma como economista-, me pidió el favor de grabar un video indicando qué hace un economista y qué impacto tenemos en la sociedad; desde la investigación, la política, las finanzas, la cultura, y demás. Entre chistes, chanzas, verdades y mentiras, sacamos conclusiones interesantes que vivimos día tras día los economistas.
Desde la racionalidad nuestras tesis y anti tesis tiene un gran sentido, y caben perfecto dentro de todas nuestras paredes de supuestos, para los ingenieros y los administradores se crearon los proyectos, pero nosotros los economistas, creamos los modelos. Hemos hecho modelos con marcos teóricos muy avanzados, e indicadores realmente eficientes en Stata, EViews o algún programa econométrico similar.
Hemos explicado por años la volatilidad y la variación de los indicadores de crecimiento y desarrollo económico. Le dimos fundamentos al capitalismo, al comunismo, al socialismo, al mercantilismo, el institucionalismo y todas esas corrientes económicas que han querido describir los problemas de la sociedad para intentar arreglarlos. Realmente hemos pasado la mitad de tiempo tratando predecir lo que va suceder y la otra mitad explicando por qué no sucedió.
Los economistas también hemos creado prosperidad económica al tratar de reducir el desempleo, la desigualdad, la inflación, la pobreza. Pero también hemos creado las más grandes crisis económicas, mediante instrumentos de financiamiento fallidos o políticas públicas incompletas. Hemos ocupado grandes cargos en el gobierno, el sector empresarial, financiero y centros de investigación académica. Hemos querido hacer tantas cosas que al final no hemos hecho nada, pues creemos saberlo todo, pero al mismo tiempo no sabemos nada.
Pero lo que es seguro, es que somos como Dios, estamos en todos lados. Estamos en los barrios marginales recolectando información para mejorar la calidad de vida de las personas; estamos en los clubes jugando golf para continuar haciendo grandes negocios; estamos en el sector financiero y los mercados de capitales reproduciendo las inversiones; y al mismo tiempo estamos en los entes del gobierno regulando a los inversionistas y protegiendo a los consumidores. Estamos en la política, para luchar por nuestros ideales y derechos. Estamos en las aulas de clases enseñando y aprendiendo economía.
La profesión economista, es motivo de debate y de discusión, somos los culpables de que los países se vayan a la quiebra, o que tengan grandes cifras de crecimiento económico. Nos preocupaos de que las cuentas fiscales del gobierno estén sanas, pero también nos preocupamos en aumentar el gasto público en una sociedad más incluyente y equitativa. Hacemos análisis de los mercados, nos inventamos los mercados y también destruimos los mercados.
En Colombia tenemos al economista Gustavo Petro que defiende las empresas públicas en Bogotá, y tenemos al economista Enrique Peñalosa que quiere vender algunas empresas públicas. Tenemos al economista Andrés Felipe Arias que defendió el termino de eficiencia en Agro Ingreso Seguro, y tenemos al economista Rudolf Hommes que cuestionó la equidad en el campo colombiano. Tenemos al economista Juan Manuel Santos, que defiende el acuerdo de paz con las FARC y tenemos al economista Óscar Iván Zuluaga que rechaza el acuerdo.
Bueno y aunque también tenemos economistas con fallas graves en la ética y moral, tenemos economistas con grandes capacidades de razonamiento y de ejecución. Y de verdad señor lector o lectora, le pedimos disculpas si usted piensa que la economía en Colombia está hecha un desastre, o que solamente se privilegia a los ricos, o que no se hace nada por los pobres; realmente los economistas, actuamos pensando lo mejor para la sociedad, en función de su crecimiento y desarrollo.