Por: Ana Gardeazabal

El sentir ciudadano por este Gobierno se refleja cada día más, solo hay que consultar las ultimas encuestas de opinión popular para darse cuenta de que el presidente cuenta con apenas el 24% de aprobación y el 71% de desaprobación, lo que no se veía desde los tiempos del Caguán con Andrés Pastrana. No se puede tapar el sol con un dedo, la marcha del 1 de abril no es una marcha solo en contra de la corrupción como lo han mostrado quienes están en contra. La desaprobación de la gestión de Santos ha sido un galardón más merecido que el nobel, por varias razones:

El plebiscito y el fast track, la perla de la corona, a pesar de haber perdido el plebiscito el cual no sólo tenía consecuencias en el acuerdo de paz sino en las facultades legislativas que se le asignarían al presidente para la implementación del acuerdo, el Presidente pasó por alto la voluntad popular creando un nuevo mecanismo llamado Fast Track que pretende otorgarle las mismas facultades contenidas en el acto legislativo 1 de 2016 a pesar de que la voluntad popular le negó esa posibilidad, en otras palabras el Fast Track es lo mismo pero con diferente nombre. Después de que el “NO” ganara la refrendación popular el presidente tuvo, obligadamente, que negociar con los líderes del “NO” sin embargo una vez más pasando por alto la voluntad de estos, decidió que la justicia no se podría renegociar en el “nuevo” acuerdo, hizo algunos cambios de forma, pero evitó los puntos que reformaban el fondo del acuerdo y por los cuales los ciudadanos habían votado no. Y ahora existe un acuerdo de paz con el que la mayoría está en desacuerdo.

La reforma tributaria con el argumento de ser necesaria para reactivar la economía, redujo los impuestos a las grandes empresas y los aumento para nosotros los contribuyentes, ha sido y es un golpe para las clases medias quienes mantienen la economía mediante el consumo, además ha representado el estancamiento apenas lógico en las medianas y pequeñas empresas, probablemente los colombianos tengamos que esperar más tiempo, pero hasta el momento no ha cumplido su cometido: reactivar la inversión.

Cultivos ilícitos, hoy tenemos una economía criminal mucho más fuerte, desde 2015 se suspendieron las fumigaciones con glifosato. Que dañan el medio ambiente: sí, sin embargo es el único mecanismo que controla la producción de coca y en consecuencia la economía criminal. Hasta el momento esa propuesta innovadora de sustitución de cultivos no ha sido exitosa, los cultivadores siguen sembrando coca ahora más que nunca, según el último informe de los Estados Unidos.

La paz, como era predecible se ha creado la llamada disidencia de las FARC que pretende seguir en pie de lucha, a estas disidencias también las acompañan los ataques terroristas que realiza la guerrilla del ELN (guerrilla que aun se encuentra vigente), además aún no se hace una entrega efectiva del dinero, de las armas y de los niños reclutados por las FARC. En resumen esa tal paz no existe.

Las relaciones internacionales, este gobierno se ha caracterizado ser muy cordial y lo digo por no decir que nos han visto la cara de “buenos” mas de una vez, las incursiones de Venezuela en nuestro territorio, los ataques sin justificación a políticos colombianos y la falta una respuesta contundente frente a la violación de derechos humanos, la crisis humanitaria y la usurpación del sistema democrático en Venezuela, nos ha convertido en un país alcahueta e indiferente en el ámbito internacional.

Por último la corrupción, es la gota que rebozo la copa; Reficar, Odebretch, Electricaribe, etc, escándalo tras escándalo ha desprestigiado por completo a los políticos, ha desinstitucionalizado al gobierno, pero se ha sumado como una razón más para marchar.

Para algunos la principal razón es la economía, para otros la paz, para otros la corrupción, para otros los cultivos y para otros todas las anteriores, no obstante todos con una razón “Colombia no va por buen camino”, los ciudadanos entienden que las razones van mucho más allá de los escándalos del momento, el rumbo del país esta tambaleando en todos los frentes y ha traído como consecuencia un sentir popular que saldrá a las calles el 1 de abril.

Twitter. @anamgardeazabal