¿Qué nos depara a los jóvenes en una sociedad casi fracturada, sin preocupación por el prójimo, con una economía en incertidumbre, puestos de trabajos anclados al pasado y sin tolerancia al fracaso?
Recientemente me he reunido con varios amigos, compañeros de universidad, colegas economistas y he detectado un gran problema común en no encontrar oportunidades y herramientas para hacer realidad nuestros sueños y cumplir nuestras metas, porque a criterios de la sociedad nos hace falta experiencia, nos hace falta argumentos o creen que somos inmaduros para tomar decisiones que cambien la sociedad.
De 20 buenos amigos, 8 conservan el puesto de trabajo con horarios robustos, poca flexibilidad laboral y con muchas ganas de mandarlo al carajo, otros 2 ya hemos renunciado a nuestros empleos perdiendo nuestro poder adquisitivo, otros 3 crearon una empresa con 6 meses sin recibir ganancias y por el contrario aguantando pérdidas; y 7 entre recién egresados y próximos a finalizar su carrera profesional, argumentan la cifra de desempleo juvenil y están en busca de trabajo.
Creo que esos 7 encontraran trabajo, durarán 1 o 2 años y pasaran al primer grupo en donde quieren mandar el trabajo al carajo y con el tiempo se definirán en la crisis de los 30, en donde se pone a duda nuestro objetivo de vida y empezamos a tener pensamientos existencialistas y filosóficos. Entre estos pensamientos, empezamos a compararnos ante los demás que solucionaron su vida antes de los 30, como Mark Zuckerberg, James Rodríguez, Justin Bieber, Evan Spiegel, Julio Mario Santodomingo III, entre otros; también pensaremos que estos han sido afortunados y que han tenido suerte.
Y bueno puede ser que ellos, sí hayan tenido un poco de suerte, sin embargo, eso no lo fue todo. Por el contrario, yo no quise quedarme sentado pensando en lo afortunado que ellos fueron, y quise investigar qué es lo que ocasiona el éxito y el desarrollo económico de estos sujetos y para eso la lectura fue la gran herramienta, y dentro de mi altruismo, las conclusiones las quiero compartir con ustedes.
Nosotros los millennials, queremos que nos pasen cosas, queremos tener siempre una historia para contar y publicar, nos hemos preocupado más por buscar la felicidad haciendo que nuestras expectativas sean más altas de las que nos ofrecen hoy la sociedad, la tecnología ha hecho que, con nuestro Smartphone, sepamos hoy en día más del contexto internacional y avances científicos que lo que podía saber un presidente de EE.UU. hace 20 años. Hemos sabido aprovechar la conectividad internacional, para saber quién es Donald Trump, Bill Gates, Ángela Merkel, Cristiano Ronaldo, Rihanna, entre otras personas que tienen gran influencia en el mundo.
Nos hemos convertido en unas máquinas que generan ideas constantemente a tal punto que la sociedad nos ha catalogado como jóvenes sin objetivos claros. Estamos tratando de entrar en la política, en los negocios, en el arte y abrir nuevos paradigmas culturales, que la sociedad y los referenciales actuales no alcanzan a suplir con regulaciones nuestro avanzado modo de pensar y vivir. – Ejemplo, Uber una nueva forma de transporte tiene en jaque las leyes en Colombia –
No hemos encontrado escenarios claros en donde desarrollarnos, pues los que existen actualmente en Colombia carecen de interconexión cultural, de financiamiento y de apoyo estatal que ayude a reproducir nuestros conocimientos en arte, cultura y economía. La banca actual hace necesario un análisis de nuestro historial crediticio y estabilidad laboral, pero no presta capital de riesgo para financiar las inusuales pero racionales ideas de los jóvenes. No hay una tolerancia al fracaso, y eso que entendemos que el éxito es la suma de muchos fracasos.
Existe una educación obsoleta, donde nos enseñan la teoría de izquierda a derecha, pero no nos enseñan a actuar en la realidad. Algunos siguen creyendo que las materias primas ayudaran al crecimiento económico, y por ende no exportamos productos con mayor valor agregado. La política esta manoseada por personajes anclados al poder. Y las instituciones lideradas por dinosaurios siguen creando leyes bajo sus referenciales individuales y no comunes.
Entonces creería yo, que lo que necesita la gran mayoría de jóvenes y también adultos con pensamiento rejuvenecidos, es más escenarios donde se sea tolerante al fracaso, donde haya mayor interconexión de culturas, donde se potencialice las personas, donde las regulaciones no molesten las invenciones, donde abunden el capital de riesgo para intentarlo una y otra vez, donde se mitiguen las relaciones jerarquizadas y se no calle la ideas de los empleados e innovadores.
Creo que es necesario un ecosistema, para empezar a producir más Steven Jobs, Warren Buffett, Jack Ma, o Justin Trudeau, donde se potencialice a los jóvenes en la tecnología, la cultura, el arte, la política y la economía, y en conclusión se apoye a los jóvenes que ya se lanzaron a crear una nueva idea de negocio, o participar en política, o ellos que crearon una App o que la están creado. Esos jóvenes que se lanzaron sin paracaídas a una realidad que es reacia a entender que el mundo cambió y que entendieron lo que dice Andrés Oppenheimer hay que “crear o morir”.