Por: Natalia Bedoya 

Colombia está en alerta máxima por la aparición de focos de fiebre de aftosa, y la negligencia del gobierno se hace evidente en el transcurso de los días.

Si usted no es ganadero, podría pensar fácilmente que esta calamidad no lo afecta. Sin embargo, lamento informarle que las consecuencias de la fiebre de aftosa nos afectan a todos los colombianos.

En el 2016 Colombia produjo 855.000 toneladas de carne bovina, equivalentes a unos 4 billones de pesos. Las exportaciones en el mismo año sumaron aproximadamente 94 millones de dólares, un crecimiento de 141% frente  al 2015. 

Justo cuando el mercado internacional abría sus puertas con más facilidad al negocio cárnico, aparece nuevamente en Colombia la fiebre de aftosa, enfermedad que no veíamos en nuestro país desde 2009, año en que Colombia fue certificada por la Organización Mundial de Sanidad Animal como un país libre de fiebre de aftosa con vacunación.

Según la definición de Fedegan, la fiebre de aftosa es: «una enfermedad viral que afecta a los animales de pezuña partida o hendida; se caracteriza por fiebre y formación de vesículas y está catalogada como una enfermedad que restringe la posibilidad del comercio internacional de animales, genética, carne y leche». (Ver: http://www.fedegan.org.co/programas/fiebre-aftosa)

Al restringirse la posibilidad de comercio internacional de carne y leche, inevitablemente la economía colombiana terminará afectada. En un país donde el gobierno atribuyó una carga tributaria excesivamente alta al colombiano de a pie y al sector empresarial, proveedor de empleo, cualquier golpe que afecte de una u otra forma la economía, podría convertirse en un gran detonante para una crisis económica y un aumento del desempleo.

El 25 de junio, en Tame Arauca, se manifestó el primer foco de fiebre de aftosa en 2017, y justo en el momento en que el gobierno anunciaba que el foco del virus fue controlado y se daba por terminado, aparece en nuevo brote en ocho predios de Yacopí, Cundinamarca.

Se hace evidente entonces la falta de prevención y control por parte del gobierno. A la fecha no hay una estrategia implementada que permita contención  y alerta temprana. La aparición del nuevo foco demuestra decadencia en la implementación de un mecanismo de vigilancia  y respuesta rápida al virus. Un buen mecanismo de monitoreo por parte del Ministro de Agricultura, hubiera posibilitado el seguimiento y control de la aparición del nuevo foco.

La permisividad con el tráfico ilegal puede ser una de las causas del virus en Colombia, dejando en evidencia ademas, la falta de medidas estrictas de tráfico de animales en la fronteras y de vigilancia sobre las políticas de prevención del virus. Cabe recordar que Colombia, en el 2009, alcanzaba un 96,84% de territorio libre de aftosa. (Cifras: FEDEGAN)

Urge una eliminación adecuada de todos los canales de contagio y la implementación de medidas de prevención y respuesta rápida al virus, pero la única prioridad para el Presidente Juan Manuel Santos y su honorable gabinete son las prebendas políticas y económicas otorgadas a las Farc.

¡Preocupemos! si la fiebre de aftosa aumenta, nuestra economía caerá en pique. Apremia por parte del gobierno generar mayores controles sobre el tráfico fronterizo y sobre territorios que se encuentran bajo el dominio de grupos al margen de la ley que se dedican al contrabando de productos bovinos, evadiendo cualquier control sanitario.

Hace tan solo unos días la Fiscalía decomisó los bienes de un frigorífico proveído por las Farc en Cali. El control y las medidas de prevención deben extenderse a todo el canal productivo. Las consecuencias de la propagación de una epidemia serían catastróficas para las condiciones del sector ganadero y rural de nuestro país.

Twitter: @natiibedoya