Por: Marcos Gómez

Uno de los mayores desafíos para el mundo ha sido la participación y el papel que han desarrollado las juventudes como constructoras de una mejor sociedad, donde las oportunidades prevalezcan en igualdad de condiciones y donde estas sean el motor de desarrollo que impulse los diferentes sectores de un país. Colombia tiene una población cercana a los 13 millones de jóvenes, responsabilidad alta para un país que ha tenido muchas dificultades y pocas oportunidades para la población joven, la cual representa el 27% del total nacional.

Las juventudes en Colombia desempeñan un papel fundamental en la construcción de una mejor sociedad. Sin embargo, este actor ha perdido protagonismo en la participación tanto económica, político, social y cultural etc.; debido a diferentes componentes como falta de oportunidades, acceso a la educación, apatía política, falta de apoyo al emprendimiento y sobre todo decepción hacia el sector público (corrupción).

Así mismo, los diferentes flagelos que han aquejado a Colombia como por ejemplo el desempleo juvenil, la discriminación, la desigualdad, el desaprovechamiento de las potencialidades (capital humano) de los jóvenes  y la falta de apoyo y oportunidades, han ocasionado que estos empiecen a perder el impulso en el liderazgo y participación en la toma de decisiones, lo cual corresponde  a una pérdida para el desarrollo de una economía, ya que un punto de partida para este es el conjunto de recursos (humano, en referencia los jóvenes; institucional; económico y cultural).

Por lo tanto, es necesario que las juventudes de Colombia recuperen su liderazgo y participación por medio del empoderamiento con el fin de ser actores que influyan en la toma de decisiones, en la solución de problemas de una manera eficaz, independiente de los intereses partidistas, incluyente y diferencial.

Una de las mayores dificultades que ha tenido la población juvenil es la empleabilidad puesto que, según el DANE, para el 2010 el Índice de Desempleo Juvenil (IDJ) se ubicaba en 19,9% y después de instaurar una serie de políticas públicas por parte del gobierno nacional encaminadas en la creación de mayores empleos y que los beneficiarios principales de dichos trabajos fueran los jóvenes, la tasa ha disminuido a 4,6% para el 2016. A pesar de esto, la situación no es menos crítica porque aunque ha estado disminuyendo el índice de desempleo de los jóvenes en los últimos años este aún sigue siendo de dos dígitos y supera el índice general de desempleo.

Por otra parte, el desempleo no es el único desafío que tienen los jóvenes ya que las diferencias sociales que se viven en el país, la baja participación empresarial, la corrupción y la apatía política, ocasiona que estos no desempeñen un papel fundamental en la  construcción de una sociedad, justa y en paz.

En consecuencia, dicha situación que hoy vivimos los jóvenes se debe principalmente a la falta de acceso a la educación, a los índices de corrupción en los que ha estado inmerso Colombia y al descontento social por las diferentes situaciones que se presenta como lo son la violencia, el desplazamiento forzado, las extorsiones, las barreras y obstáculos que se presentan al momento de recurrir a formular y ejecutar un proyecto de inversión o productivo.

Es necesario que tanto actores públicos y privados empiecen a darle mayor participación a la juventud, pero sobre todo que los jóvenes empiecen a tener un sentimiento de identidad, sentido de pertenencia para lograr una mayor participación e involucramiento en las decisiones tanto en políticas económicas, públicas y de juventud.

Twitter: @mgomez190