La visita del papa Francisco es todo un acontecimiento para nuestro país, no solo porque hace 31 años no contábamos con la presencia de un sumo pontífice, sino también porque es la primera vez que el máximo jerarca de la iglesia visita a una Colombia sin la existencia de las FARC como grupo armado. Un hecho que él mismo ayudó a consolidar, tal vez no oficialmente, pero sí a través de sus contundentes mensajes de apoyo, los cuales sirvieron para impulsar el proceso de paz.
Fueron dos momentos en los que el sucesor de san Pedro demostró lo importante que eran para él los diálogos que se llevaron a cabo en la capital de Cuba. El primero sucedió justo allí: mientras el máximo oficiaba su homilía en el viaje histórico que realizó a La Habana, aseguró que los colombianos no podíamos fallar de nuevo en otro intento de lograr la paz en el país: “No tenemos derecho a permitirnos otro fracaso más en este camino de paz y reconciliación”, afirmó el papa Francisco de forma muy tajante.
Para muchos, este mensaje fue la muestra de apoyo más clara que ofreció el máximo pontífice para impulsar a los colombianos a optar por el “Sí” en el plebiscito, pues esto sucedió el 20 de septiembre, justo 11 días antes de la refrendación de los acuerdos.
La declaración, por supuesto, fue aprovechada por el presidente Juan Manuel Santos, quien minutos después publicó en su cuenta de Twitter: “Gracias, Santo @Pontifex_es por sus permanentes oraciones. Seguiremos en el camino de la paz y la reconciliación”. Pero sorpresivamente, el mensaje también generó reacción en uno de los líderes de las Farc, Pastor Alape, quien tuiteó: “No habrá otro fracaso en la construcción de la paz de Colombia. Seguimos optimistas”.
Lo anterior le demostró a los colombianos, incluso a los mismos miembros de la iglesia que se opusieron al proceso, que el acuerdo con las Farc era una oportunidad única para “dar el primer paso” hacia la construcción de un nuevo país y que él era una figura capaz de unir, incluso, a quienes por años fueron los peores enemigos.
El segundo momento sucedió el 27 de julio de 2016, cuando el único periodista colombiano que ha acompañado al santo padre en el avión papal, Nestor Pongutá, le pidió un consejo a Francisco para entender qué necesitaba nuestro país para lograr la reconciliación. Ante la petición del comunicador, el papa respondió: “Para que cualquier país pueda ir adelante tienen que tener tres referencias: memoria de la historia recibida, coraje para afrontar el presente y esperanza hacia el futuro”.
Sus palabras, replicadas por la W Radio, llegaron a oídos de la mesa negociadora en la Habana, y según le aseguró el mismo Humberto de la Calle a Pongutá, las declaraciones del santo padre fueron motivo suficiente para tomar un respiro en medio de la crisis que vivía el proceso, llenarse de coraje y volverse a sentar en la mesa para lograr negociar los últimos puntos que estaban pendientes por acordar.
Esos dos mensajes demostraron que Colombia tiene un sitio especial en el corazón de Jorge Bergoglio. Tanto así, que él mismo le aseguró al periodista Pongutá que vendría a Colombia solo si los acuerdos de la Habana lograban firmarse. Dicho y hecho: los acuerdos se firmaron y esta semana, por fin, tendremos la visita de uno de los papas más queridos por la gente.
Se ha ganado el corazón de miles de católicos, jóvenes y hasta de personas que no profesan esta religión. Todo porque ha demostrado ser un líder humilde, austero, coherente con lo que dice y hace, pero sobre todo, porque ha sabido entender cuáles son las necesidades de las personas que vivimos en este mundo tan diverso, cambiante y globalizado.
Ese líder, amado por tantos, ya nos ayudó a impulsar el proceso de paz que parecía no tener fin. Ahora, con su visita, nos reafirma el respaldo que tenemos por parte de él para que juntos demos el primer paso hacia una nueva Colombia sin conflicto armado interno con las Farc. Y es que no nos pudo visitar en una mejor época, justo cuando estamos entrando en una etapa de posconflicto en la que necesitamos que personas como él nos traigan mensajes de amor, perdón y reconciliación: tres cosas que hoy parecen más necesarias que nunca en Colombia, la cual se encuentra inmersa en una polarización que ojalá, el papa Francisco, con su presencia en nuestro país, pueda apaciguar.