La transformación económica que está sufriendo el país ha despertado un sin número de sentimientos y resentimientos, que han dejado a un lado el análisis racional de la coyuntura económica, y ha ocasionado a su vez, una falsa credibilidad en algunos “profetas de desastres” que solamente quieren sacar réditos políticos de la economía.
Es por ende que entrevistar a uno de los economistas más técnicos que tiene país, y que utiliza la racionalidad como medida de brindar credibilidad y estabilidad económica al país, no es una mala idea. El exviceministro técnico del Ministerio de Hacienda y Crédito Público, Andrés Escobar, es una persona que cumple con dichos títulos de racionalidad y credibilidad, y sus opiniones articuladas con trabajo, son el resultado que tienen a Colombia dentro de una estabilidad económica y credibilidad ante los mercados internacionales.
La opinión del que hasta hace poco era el viceministro Técnico del Ministerio de Hacienda y Crédito Público, tiene un gran número de argumentos, y su habilidad para saber comunicar y enseñar, son las herramientas suficientes para entender que la economía a nivel mundial empieza a neutralizar con moderación las políticas monetarias. Y aunque la disminución de liquidez monetaria puede generar turbulencias en los mercados internacionales, en el fondo deja saber que la economía americana y la europea, empiezan a mostrar con indicadores un sostenimiento autónomo de sus crecientes procesos de producción, y que por ende no necesitarán en un futuro, mayor inyección de capital.
Ahora bien, Andrés Escobar también nos hace entender dos beneficios que traen a Colombia los buenos resultados de la economía a nivel mundial, con una normalización monetaria; el aumento de las exportaciones, y los niveles de inversión, el primer beneficio gracias al aumento de la demanda mundial, y el segundo gracias a la estrategia que tienen los inversionistas en preferir inversiones con calificaciones positivas como las que tiene Colombia en BBB, y sucesos adicionales como haber sabido afrontar las perturbaciones de la disminución de los precios del petróleo sin afectar el déficit fiscal.
Esta credibilidad a nivel internacional, se ha basado en una regla fiscal con condiciones de desvió que ayudan a sintetizar el saneamiento racional de las finanzas públicas, y las condiciones políticas que requirieren dichas reformas. Lo que, en otras palabras, se puede decir que la regla fiscal colombiana, está sujeta a condiciones de desvió alineadas a un crecimiento por debajo del Producto Interno Bruto potencial, y unos ingresos por commodities por debajo de aquellos que podríamos recibir si el precio actual de éstos estuviera a la par al precio de largo plazo.
Con estos supuestos fiscales y de dinámica mundial, las estimaciones de crecimiento económico del Fondo Monetario Internacional, Fedesarrollo, y el Ministerio de Hacienda y Crédito Público están alrededor del 2% para el 2017, donde los principales motivadores del crecimiento son el sistema financiero, la agricultura y las inversiones en infraestructura 4G. Claro está, sin echar de menos las grandes preocupaciones de los cambios cíclicos que sufren los sectores de industria y comercio, principalmente afectados por una disminución del poder adquisitivo de los ciudadanos, basados en un esfuerzo fiscal de haber aumentado el Impuesto de Valor Agregado -IVA-.
Sin embargo y aunque se es consciente que la reforma tributaria afectó la demanda interna del país; la política expansionista que desarrolla el Banco de la República ayudará a dinamizar la demanda, a través de una disminución de las tasas de interés de los créditos comerciales y empresariales; sumados también a una nueva reforma de la tasa de usura de parte de la Superintendencia Financiera, que abre la ventada de tiempo cada mes para modificar la tasa y brindar mayor maniobra de afectación a los productos financieros que anclan sus tasas lo más cercano a la tasa de usura, como lo son las tarjetas de crédito y nuevos productos de consumo del sistema financiero.
Esto quiere decir que, mientras que el gasto público se está estabilizando en función de mantener una regla fiscal adecuada y atractiva para los mercados internacionales; la oferta monetaria se encuentra dinamizando la demanda interna del país para corregir las cifras negativas de inversión y comercio del año en curso, para así poder entrar en un año 2018 con mayor credibilidad en el gasto público y mejores dinámicas productivas del sector privado, que sigan garantizado la estabilidad económica de Colombia.
Credibilidad del gasto público que seguirá basándose en una austeridad con racionalidad, de no aumentar significativamente el Presupuesto General de la Nación para el 2018, y la pronta adopción de las políticas de eficiencia de gasto público que traerá la Comisión de Eficiencia de Gasto Publico, para el mes de diciembre. Lo que traduce que es necesario un presupuesto racional que nos ayude a sostener la regla fiscal y mejorar la eficiencia del gasto público, mientras la demanda de la economía se repone y continuamos crecimiento sostenidamente por encima del promedio de la región.