Comenzaré por decir que como muchos colombianos, me siento orgullosa de haber nacido en mi patria porque es la tierra de la alegría, la diversidad y sobre todo, donde la gente enamora con su sonrisa, en medio de la adversidad.
Sin embargo, creo que la primera limitación que tenemos para ser una potencia mundial no es la falta de recursos o de empleo o de apoyo institucional; sino la mentalidad subdesarrollada que tenemos, aunado a la carencia de autoestima colectiva. ¿Qué quiero decir con ello? que la mentalidad o cultura colectiva colombiana tiene varios matices: uno de ellos es que no creemos en nuestras capacidades y tenemos un orgullo vacío asociado a una carencia de dignidad social, que deja de subsistir si los extranjeros nos reiteran que tenemos por ejemplo los mejores paisajes, las mejores mujeres, la mejor comida, lugares entre otros es algo que sin lugar a dudas suprimiría del ideario colectivo Colombiano.
De igual forma, creemos que nacer en el extranjero es mejor que en el país del sagrado corazón, porque tenemos incrustado el chip del sueño americano o europeo, pero claro nos creemos más colombianos que la arepa paisa o que el bollo limpio, pero cuando tenemos la oportunidad de viajar nos quedamos por fuera y cuando pasa un tiempo prudencial o conseguimos trabajo en el extranjero decimos «yo por allá no vuelvo, ni porque me paguen», y nos convertimos en uno más de las mentes fugadas de este país, que no regresa a aportar conocimiento y progreso a los que más lo necesitan. Es decir, suprimiría la falta de sentido de pertenencia de los colombianos con su país y su gente por aventurarse en el sueño americano o europeo; porque muchos colombianos tienen más de seis familiares viviendo en Estados Unidos.
Ahora bien, frente al tema de la identidad de los colombianos, es claro que somos diversos pero hay unos temas que nos mueven más que otros, los cuales son los reinados de belleza, el futbol, el ciclismo, los deportes en general, la música de Shakira, de Juanes, de Carlos Vives, Fonseca, Maluma etc, pero lo que si no me agrada es la cultura de la superficialidad de las operaciones de la mujer hecha a imagen y gustos de su pareja, es decir que la mujer que más se ajusta a la idea de esposa generalmente es la más operada y vivimos en una cultura de valorar a las personas por cómo se ven aunque pretendar aparentar que no les importa el aspecto físico. Hoy por hoy, sigue existiendo la cultura de prototipos de belleza prepagos, no hay la cultura de lo natural como si existe en Europa acentuando mas la cultura mafiosa de que no hay mujer fea sino sin plata.
Finalmente, creo que los colombianos tenemos muchas cosas positivas para dar, pero en el mundo aún nos siguen estigmatizando por la historia, por personajes nefastos como Pablo Escobar que nos dejaron mal parados en el mundo, por el narcotráfico. Aún existe la creencia colectiva de que todos los colombianos tenemos debajo del brazo una mata de coca o que traficamos drogas , como este personaje que incluso los franceses hicieron un mural en honor a él en París y que es más conocido que James, Shakira o Carlos Vives , quienes llevan más de 20 años exportando su talento por el mundo, dando la cara positiva de nuestra amada patria, pero solo depende de nosotros lograr cambiar la imagen si cambiamos la forma de pensar y si subimos nuestra dignidad y autoestima colectiva creyendo en nuestras virtudes capacidades, talentos y dejamos de una vez por todas de compararnos con los demás, solo así lo lograremos, pues de lo contrario seguiremos siendo colombianos a medias.