Por: Carlos Ossa
Colombia es definitivamente un país de contrastes, un día firman un acuerdo con bombos y platillos, con invitados internacionales, diciendo que dicho acuerdo se cumplirá a cabalidad y el discurso engañoso en el cual se afirma que “la guerra se acabó” como si no existieran otros grupos armados o como si firmar un pedazo de papel fuera la solución de los males que padece la nación.
Primero se dio la noticia en la cual alias ‘Jesús Santrich’ había presuntamente cometido un delito con posterioridad a la firma del acuerdo de La Habana por lo tanto aplicaba su extradición, pero ahora la jurisdicción especial para la paz (JEP) tomando atribuciones que definitivamente no tiene frena la extradición, lo cual nos demuestra que esta justicia está hecha para las FARC y no para la paz, por si fuera poco alias “Iván Marquez” llegó a decir que si Santrich se moría se acababa la paz, una muestra más de que el país y el proceso de paz está secuestrado por la guerrilla.
La amenaza de “Marquez” es debido a la huelga de hambre a la cual se sometió el exmiembro del secretariado subversivo Zeuxis Pausias Hernández, esta huelga la empezó por qué según el le están haciendo un montaje, y como lo declaró a la fiscalía el se reunió solo con el cartel de Sinaloa solo para discutir sobre proyectos agroindustriales, una huelga de hambre es para reivindicar una derecho, en este caso no para que no lo extraditen, el conocía las reglas de juego, pero al parecer las conoce tan bien que las manipulan a su antojo.
Según la declaración de Malta (la cual no es un tratado ni una figura siquiera del “soft law” del derecho internacional) dice que en caso de huelga de hambre se debe tener absoluto respeto de la autonomía personal, eso es cierto, lo que ocurre es que la persona que lo está haciendo es más para no pagar cárcel en Estados Unidos que por ser un real perseguido político.
Como tal al exguerrillero ni a nadie se le pueden violar sus derechos, pero este definitivamente no es el caso, por el contrario, es alguien que ha violado los derechos de los demás tuvo un privilegio por decir que lo hacía por la “revolución” y presuntamente continúo delinquiendo, por otro lado, la extradición no significa que sea culpable, sino que se realizará su juicio en otro país.
Por otro lado las amenazas en las cuales Iván Marquez afirma que se “acabará la paz” se dan ya que su sobrino está como testigo protegido ante la justicia norte americana, pero si el tratado de hace respetar, toda persona que ha delinquido debe ser judicializada con las leyes actuales incluso con las actuaciones que se han cometido con posterioridad a la firma de ese acuerdo no hacerlo seria una burla absurda con los colombianos y con las victimas en especial, como dice la frase “al que mucho se le ha dado mucho se le pedirá” a las FARC se les ha dado más que a cualquier colombiano y se les exige el máximo respeto a su palabra y a su deber de no seguir delinquiendo, pero esta justicia que se hizo especialmente para la guerrilla ahora Santrich estará con una estrategia leguleya para poder seguir impune por ejemplo someterse a la JEP y según el por esto no poder ser extraditado.