Por: Ana Gardeazabal

«La nueva cláusula para cerrar negocios que podría afectar la economía de los Colombianos»

Para esta segunda vuelta la incertidumbre de los empresarios y los ciudadanos ha crecido, los medios de comunicación no han querido darle relevancia a este tema, puesto que no quieren causar mayor temor económico respecto al que ya hay por la posibilidad de que el candidato Gustavo Petro llegue a la presidencia de la república, sin embargo la realidad del pánico económico se hace cada vez más evidente.

Aunque el candidato Gustavo Petro ha negado en varias oportunidades eventuales expropiaciones, ni los empresarios, ni los ciudadanos, han podido olvidar el discurso que dio en Yumbo, Valle del Cauca, pidiéndole a la organización Ardilla Lulle que en un eventual gobierno suyo le vendiera Incauca al Estado y sus treinta mil héctarias de tierra en el departamento del Cauca, o las declaraciones que dio para el diario El Tiempo donde afirmó que pondría impuestos al latifundio improductivo, porque esto abarataba la tierra y el dueño quedaba con dos opciones o volvía el terreno productivo o lo vendía. Y ahí estaría el Estado listo para comprar. Estas dos declaraciones fueron interpretadas por varios ciudadanos como una eventual expropiación a terratenientes y empresarios.

Razón por la cual, la creciente incertidumbre económica de los inversionistas y de los consumidores, ha llevado a incluir, desde antes de la primera vuelta y en estas tres semanas de la segunda vuelta, en sus contratos de compra y venta de finca raíz y vehículos, una cláusula llamada: Cláusula Petro, que consiste en que el negocio que se haga, estaría sujeto a que no ganara el candidato Gustavo Petro, de lo contrario el negocio se anularía y el vendedor tendría que devolver las arras al comprador, sin incurrir en un incumplimiento del contrato. Aquí un extracto de un contrato de compra de un vehiculo que contiene la cláusula.

«OCTAVA. CLÁUSULA PENAL Las partes establecen que quien incumpla cualquiera de las estipulaciones derivadas de este contrato, pagará a la otra como sanción el diez porciento (10%) y/o 31.000.000 Treinta y un millón de pesos del valor total del vehículo automotor con indicación a la cláusula quinta del presente contrato.

El VENDEDOR, quien ya ha recibido la suma de 31.000.000 de pesos como abono del vehículo objeto del mismo, en caso de una situación política adversa para los intereses de la economía del país, entendida como el triunfo del candidato Gustavo Petro Urrego, quedara sujeto a que si esta condición se da, El COMPRADOR podrá desistir del negocio y en este caso El VENDEDOR deberá devolver las arras pagadas del 10% pues el desistimiento seria por inconveniencia de la compra y las partes acuerdan que esto no constituye incumplimiento por tanto no se contempla pago de la cláusula penal en caso de existir desistimiento por esta situación.»

Evidentemente el pánico económico ha creado una «bola de nieve» dentro de la economía. La economía se alimenta del empleo, el consumo y los negocios, el hecho de que el candidato Gustavo Petro ganara la presidencia implicaría que esta cláusula se hiciera efectiva y que muchos de los negocios ya hechos se revirtieran, lo cual en términos generales, disminuiría la intención de compra, reduciendo los precios y creando un estancamiento de la economía.

Si es creciente la aplicación de esta cláusula en estos últimos días antes de elecciones tanto en el sector inmobiliario, como en el automotriz, repercutiría en el incremento del desempleo para estos sectores, debido a la caída de los precios por la baja intención de compra. Así mismo disminuiría el consumo a consecuencia del desempleo y del estancamiento de estos sectores y de la dinámica económica en general.

Es un panorama no muy optimista sin embargo es una realidad económica a consecuencia de la incertidumbre política -que independientemente de la posición política de cada ciudadano- viene incrementando. No obstante, la pregunta que nos queda en caso tal de que el candidato Gustavo Petro ganara la presidencia es ¿Qué pasaría con la inversión extranjera? y lo más importante ¿qué pasaría con las obras publicas de infraestructura en las que participan inversionistas extranjeros? ¿estarían dispuestos a seguir invirtiendo o también provocaría un estancamiento en esos sectores?

Lo cierto es que en este momento existe un pánico económico real generalizado entre los consumidores y los empresarios, esta situación se ha visto reflejada en que desde abril de 2018 los Colombianos lideran la intención de compra de finca raíz en la Florida, EEUU y por otro lado, muchos quienes quieren invertir en Colombia han creado una condición llamada cláusula Petro que estancaría la dinámica económica, golpeando específicamente los sectores automotriz e inmobiliario… En nuestras manos está evitar la crisis económica eminente!.