Por: Nicolás Ordóñez
Lamento mucho lo que esta sucediendo con los lideres sociales en Colombia. El crimen sistemático en su contra no tiene ninguna justificación, este hecho es un delito y por serlo merece toda la atención por parte del Estado en asistir a las familias de las victimas, en reorientar la seguridad, velar por la justicia y combatir a los delincuentes. Mi oración y solidaridad entonces por estas personas que han sido victimas del crimen organizado.
Sin embargo endilgar estas culpas por parte de distintos dirigentes y comunicadores de opinión al hoy presidente electo Iván Duque no tienen ninguna presentación. ¿Qué culpa tiene alguien que hoy no ejerce? ¿ Por qué no enrutan sus criticas a quienes hoy dirigen la nación?
La respuesta es muy fácil. Porque más allá del dolor que puedan sentir por los sucesos acontecidos, prima el interés malintencionado de inocular odio en la sociedad colombiana por el hecho simple que no gustan del actual mandatario electo, y a falta de argumentos apelan a la infamia.
Hay dos parámetro dos importantes sobre los cuales nos debemos guiar quienes realmente amamos este país y queremos lo mejor en los destinos de Colombia. Sin importar el color y la orientación política debemos velar porque los crímenes de todo tipo, aunque sobre todo los que vienen disfrazados de crímenes con razón política, les caiga todo el peso de la ley a los responsables. Y en segundo lugar, sobre estos hechos, hacer permanentemente un ejercicio de veeduría, trabajo arduo y mancomunado, poniendo como primero los intereses superiores del país por encima de las ideas políticas con las que cada uno se identifica. Si hacemos estas dos cosas seguramente vamos a ver cambios más pronto de lo que creemos. Que Dios ayude a Colombia en la actual coyuntura.