Por: Daniela Niño Riaño

Insisto, es un problema de educación, si esto no mejora seguiremos en las mismas.

A la actual ministra de educación, María Victoria Ángulo, le quiero decir que tiene un gran poder en sus manos, el de cambiar el país y empezar a construir una Colombia sin violencia, donde las normas de convivencia y educación sean la prioridad en todos los entornos sociales.

El lamentable episodio de Eileen Moreno y Alejandro García deja mucho que reflexionar, sirve para darnos cuenta que estamos atravesando una grave crisis de violencia. No importa si eres hombre o mujer, tienes el mismo derecho a ser respetado bajo todas las circunstancias.

La Constitución Política expresa en su artículo 13 lo siguiente:

“Todas las personas nacen libres e iguales ante la ley, recibirán la misma protección y trato de las autoridades y gozarán de los mismos derechos, libertades y oportunidades sin ninguna discriminación por razones de sexo, raza, origen, lengua, religión, opinión política o filosófica.”

Si lo dice nuestra Carta Política, ¿por qué aún nos creemos en capacidad de discriminar, maltratar o abusar de alguien? Todos somos iguales en cuestión de derechos. Nadie puede pasar por encima del otro. Pero, como buenos colombianos, le hacemos caso omiso a esos derechos fundamentales que nos cobijan como ciudadanos, pareciera que no los escucháramos o como si estos no existieran.

Colombia ocupa el quinto lugar de maltrato contra la mujer en Latinoamérica (Fuente: RCN Radio), teniendo más de 40 mil casos de agresiones a mujeres en lo que va del 2018, según medicina legal. Una cifra que produce escalofrió.

No hay que dejar atrás el maltrato hacia los hombres. Son pocas las noticias que hablan sobre estos casos, no hay interés por parte de los medios acerca de la cantidad de hombres que sufren de violencia. Según una noticia de El Tiempo “Entre 2015 y 2016, 69 hombres murieron y 13.213 resultaron heridos por sus parejas o exparejas.” Son datos que no hay que evadir.

Los casos de maltrato infantil son otro número lleno de dolor. Datos del ICBF afirman que diariamente hay más de 60 casos de agresión a niños, a esos seres indefensos que lo único que necesitan es amor. Los adultos mayores son otras víctimas de esta cruda realidad, el 2017 cerró con 1994 denuncias de violencia a esta población.

En pocas palabras, la violencia es nuestro común denominador. Deberíamos sentir vergüenza y buscar el cambio, pero pensar en eso es soñar demasiado. La cruda realidad es que no vamos a mejorar en este aspecto, ya estamos educados así, es nuestra cultura y está en nuestras venas, es muy difícil cambiar el chip.

La verdadera solución está en la educación, esa que viene de casa y se refuerza en el colegio. La familia debe ser la base de las normas y los principios para formar a un niño, los padres deben dar ejemplo de respeto y comportamiento. En el colegio se deben dar unas pautas de convivencia, enseñar valores y educar personas de calidad, para que en un futuro hagan buenos aportes a la sociedad.

La ministra María Victoria Ángulo debe aprovechar esta gran oportunidad e implementar estrategias en los colegios donde a través de actividades dinámicas se enseñe el valor de la vida, la importancia del respeto y los derechos y deberes que todos, sin excepción, tenemos. Así , que sean las futuras generaciones las que hagan de Colombia el país que todos soñamos, sin violencia de ningún tipo.

Twitter: Ninodaniela1