Por: Sebastián Villate

Han pasado 100 días desde aquel aguacero y ventisca que arrancó banderas de Colombia de las paredes del Capitolio Nacional, rompió sombrillas y permitió ver a tres expresidentes (Pastrana, Samper y Gaviria)  imitando a Tola y Maruja, cada uno con su sombrilla. (Ver foto). Han pasado 100 días desde la posesión del presidente Iván Duque.

Para muchos ese día gris presagiaba una mala época para el país. Los supersticiosos decían que de ese color sería la administración de Duque y asociaban la rasgadura de la bandera con el rompimiento de la Nación. Aseguraban que vendrían cuatro años de problemas para el país. ¿Simple especulación?

A decir verdad, el presidente Duque empezó con el pie derecho. Cumplió con la conformación paritaria de su gabinete; a los pocos días de haberse posesionado inició su programa ‘Construyendo País’ para acercarse a los habitantes de territorios alejados (al estilo de su Sensei, Álvaro Uribe, con sus ‘Consejos Comunitarios’); y planteó metas a cumplir en cuanto a la seguridad y a la economía nacional. Empezaba a parecer que tantas supersticiones eran solo malas energías dirigidas hacia a un gobierno preocupado por mejorar la situación en el país.

Todo marchaba como de costumbre hasta que el presidente Duque tomó su primera decisión: decomiso la dosis mínima de cualquier sustancia alucinógena y sanción a los portadores. Una medida regresiva y violatoria a lo ya establecido por la Corte Constitucional en la sentencia 221 de 1994. Derechos como el libre desarrollo de la personalidad, entre otros, se empezaron a ver afectados; primer error del mandatario.

Dentro de los 100 días de mandato de Iván Duque se votó  –o botó, por la falta de ejecución posterior– la Consulta Anticorrupción que estuvo muy cerca de alcanzar el aval requerido para iniciar tramite como proyecto de ley emanado por el Constituyente Primario (el pueblo). Al no alcanzar el umbral se necesitaba de otras medidas para que surtieran efecto las propuestas de esta Consulta.

Después de una reunión entre los promotores de la Consulta Anticorrupción y el Presidente; éste último se comprometió a tramitar los 7 puntos de la Consulta a través del Congreso. Ninguna de las propuestas consigue tener las mayorías en el legislativo y a hoy ya se han hundido 3 de los 7 puntos. Los colombianos no conoceremos la declaración de renta de los congresistas, no se congelaran los salarios de los altos funcionarios del Estado y estos se podrán hacer reelegir más de 3 periodos. Con esto se demuestra que las mayorías en el Congreso no las tiene el Presidente ¿tan difícil es gobernar sin mermelada? Falta de autoridad, segundo error del mandatario.

El punto más álgido en tema de gobernabilidad ha sido la ‘Ley de Financiamiento’ impulsada por el presidente Duque y su ministro de hacienda, Alberto Carrasquilla. Ésta Ley ha hecho que varios sectores del país hayan levantado su voz de protesta por el alza de impuestos, la imposición del IVA a los productos de la canasta familiar y el insuficiente presupuesto asignado a la educación pública, entre muchos otros problemas. Estudiantes, profesores, campesinos, transportadores y trabajadores se han sumado a las movilizaciones para manifestar su inconformismo con la medida económica impuesta por el Gobierno. Así, Duque ha incumplido con uno de sus lemas de campaña ‘más salarios, menos impuestos’, razón por la cual ha sido fuertemente criticado por opositores y simpatizantes. Engañar a la sociedad, tercer error del Presidente.

Además, la falta de interés que el presidente Duque ha mostrado a lo largo de sus 100 días de gobierno frente a las problemáticas nacionales se resume en ignorar reuniones con estudiantes y levantar la mesa de negociación con rectores y docentes de las universidades públicas. Dentro de poco cometerá el error de su antecesor al decir “Ese tal paro… no existe”. Lo que más ha molestado a la sociedad es que el presidente Duque ha sostenido reuniones con diferentes artistas colombianos como: Maluma, Jorge Celedón, Carlos Vives; pero no con los estudiantes que llevan en paro más de un mes. Hay quienes empiezan a pensar que Iván Duque está cuadrando toda una rumba para el fin de año; esperemos que el cover esté incluido en el IVA que se impondrá. Cuarto error del Presidente: el desinterés social.

En este caso las supersticiones fueron acertadas. Colombia ha pasado por 100 días grises. No son opacados en su totalidad por una bruma negra, pero tampoco se encuentra con facilidad una luz que muestre soluciones. Hay quienes dicen que Colombia no tiene Presidente, pues es inexistente para la mayoría de los problemas sociales.

Adenda:

La bancada de Centro Democrático pareciera ser más de oposición que de Gobierno, el respaldo a Iván Duque es bajo, y quizás nulo. Cada propuesta que emite el Gobierno tiene una contrapropuesta por parte del partido o de su dirigente. No sean así, no abandonen a quien está, hasta ahora,  aprendiendo a ser Presidente.

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