La desfinanciación de varios sectores sociales ha causado un decrecimiento en la economía durante estos últimos años. El presidente Iván Duque a lo primero que le apostó fue a compensar económicamente el país, a hacer una reingeniería que permitiera no solo recaudar lo usual sino mucho más para compensar esa desfinanciación en sectores como la educación. No obstante, las manifestaciones empezaron a hacerse visibles por parte de varios gremios: estudiantes, sindicatos y trabajadores, todos preocupados por los bajos recursos para educación superior y el incremento de impuestos.
Quiero empezar haciendo un desglose de lo que ello significa, los estudiantes han realizado manifestaciones seguidas durante casi dos meses exigiéndole al gobierno dos condiciones: aumentar los recursos para la educación superior pública este año para, según ellos, poder terminar el año educativo; y, por otro lado, añadir alrededor de 3,5 billones más al presupuesto de educación superior específicamente.
En principio, el Gobierno nacional ha hecho grandes esfuerzos para acoger estas dos propuestas. No obstante, la desfinanciación y el balance económico negativo por el que atraviesa el país, impide agregar más recursos a las diferentes carteras. Aun así, en un esfuerzo enorme, entendiendo las peticiones de los estudiantes, el Gobierno ha agregado US$154,8 millones para finalizar este año 2018 y 500.000 millones de pesos más a la cartera de educación consolidándose como la primera cartera con el rubro más alto: 41,4 billones de pesos para el 2019. Una cifra para el sector educativo nunca vista en otros gobiernos.
Aunque el sector de educación superior se queda apenas con el 10,4% del total de los recursos destinados a educación, Colombia invierte un 4,9% de su PIB en educación, según cifras recopiladas por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en 2017, lo cual implica mucho más de lo que invierten países como Chile, Uruguay y Perú. Entonces, ¿cuál ha sido la discusión de fondo?, ¿por qué a pesar de la inversión en educación tenemos unas cifras negativas y una insuficiencia de recursos en educación superior pública? ¿Por qué en términos de competitividad somos uno de los países con peores índices en América Latina?
En ese sentido sospecho que la fiscalización de los recursos no ha sido del todo rigurosa. Los recursos destinados a educación desde hace varios años no han sido bien monitoreados. Por lo tanto, la calidad educativa ha decrecido, lo cual se refleja en las cifras de competitividad, desde una perspectiva más tangible, los estudiantes deberían realizar una fiscalización constante de esos recursos porque de nada sirve entregar recursos infinitos para la educación pública si finalmente no son bien gestionados y terminan destinados a otros propósitos o dándoles otro manejo.
Ahora bien, el recaudo que se ha puesto como propósito el Gobierno nacional tiene que ver con la compensación económica que se busca en varios frentes sociales, como el de la educación; de manera contradictoria, las centrales obreras; los estudiantes y demás gremios sociales han salido a manifestarse por mayores recursos a la educación y al mismo tiempo por la reducción de impuestos. Y digo contradictoria por que los impuestos generan una contribución económica al Estado que al mismo tiempo invierte esos recursos en diferentes frentes sociales. Es decir, el déficit fiscal por el que el país atraviesa debe tener como solución una estrategia para recaudar dinero, que ayude a solventar diferentes frentes sociales desfinanciados en el Gobierno pasado, por ejemplo, el educativo. En esa medida, las estrategias de recaudo que había propuesto el Gobierno generarían ingresos mucho mayores que lo que podrían haber recaudado por las grandes empresas privadas, aun así, esa estrategia de recaudo no paso en el Congreso, por lo que el Gobierno tendrá que buscar otras alternativas
Frente a todo este panorama, considero que detrás la causa justa de la búsqueda del mejoramiento de oportunidades en educación superior y aprovechándose de la defensa de los estudiantes por esta causa, está el deseo de varios rufianes que han manejado pesimamente los recursos de educación que nos han llevado hasta esta crisis y que buscan, escudados en la bandera de la educación superior, asegurar la mayor proporción de recursos gubernamentales y no precisamente para gestionarlos de la mejor forma. ¿Por qué a ellos nunca los entrevistan? ¿Por qué quienes manejan el dinero no han dado explicaciones?
Por esa razón, invitó a todos los estudiantes a que desde este momento le den mucha más relevancia al monitoreo de la utilización de los recursos que serán invertidos, con el fin de usarlos de la manera más eficiente y justa y en todo caso poder subsanar en alguna medida la deuda que desde hace tantos años aqueja a la educación superior en Colombia.