Ante las malas noticias que se han recibido de Venezuela, a algunos colombianos les encanta afirmar que: “estamos peor” ¿Eso es verdad?
Antes de contestar a esta pregunta, es prudente conocer cómo está el vecino país. Muchos tienen miedo de “ser como Venezuela”, y esta advertencia aparece comúnmente para contrarrestar el poder de un grupo de izquierda que tiene posibilidad de llegar al poder. Deberíamos preguntarnos entonces, ¿por qué ningún país desea convertirse en Venezuela?
El país bolivariano tiene la inflación más alta del mundo 1´000.000%, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), y una volatilidad tan grande da lugar a que en un año la gente pierda su poder adquisitivo en un día; eso sin pensar que este año se previó por el FMI una inflación de: 10´000.000%, algo nunca antes visto.
Por otro lado, la pobreza en Venezuela es casi absoluta, llegando al 87% de la población y al 61% la pobreza extrema. En Colombia, la pobreza está en el 27% y la pobreza extrema es de alrededor del 8%. Si comparamos la situación con departamentos como el Chocó o La Guajira, todo es completamente diferente, no solo porque se compara un departamento territorial con un país, algo que muchos “antigobierno” no logran comprender; sino también por cifras específicas.
En Quibdó, la pobreza monetaria es del 47.9% y en Riohacha de 46.8%, y la pobreza extrema es de 17.7% y 15.1% respectivamente. Aunque la situación no sea positiva, definitivamente estamos mejor.Pero aun falta hablar sobre la seguridad. En Venezuela se presenta un índice de 90 homicidios por cada 100.000 habitantes y en Colombia 25 por cada 100.000. Adicionalmente, Caracas es la segunda ciudad más violenta del mundo.
No estamos peor que Venezuela, nuestros departamentos menos favorecidos tampoco lo están. No por el hecho de que los noticieros o Iván Duque hablen frecuentemente de ese país, significa que se dejará de lado a departamentos como el Chocó o la Guajira. Así mismo, es prudente recordar que no es un logro compararse con el “peor” estudiante del salón, pero siempre es importante recordar que es imposible estar tranquilo cuando la casa del vecino se está incendiando.