Si las buenas intenciones no se materializan en ideas prácticas y coherentes con la realidad, son completamente inservibles. Eso es justamente lo que estoy tratando de que no suceda con el Plan Nacional de Desarrollo (PND), que todavía está en debate en el Congreso de la República. No tengo duda alguna de las buenas intenciones del Gobierno, pero como coordinador ponente del PND debo velar para que esta sea una verdadera herramienta de transformación para el país y no se quede solo en buenas intenciones.
El PND debe ser realista; en un período presidencial de cuatro años es poco lo que se puede hacer. Sin embargo, sí es tiempo suficiente para sentar las bases que permitirán la construcción de un mejor país. Por lo tanto, debemos entender que los logros a los que hay que apuntarle tienen que ser logros de Colombia como nación a largo plazo, no de un gobierno específico.
Como coordinador ponente del PND me corresponde estudiar y evaluar el Plan presentado por el Gobierno; las proposiciones de los demás congresistas y presentar aquellas que considero necesarias para mejorar la calidad de vida de los colombianos. Luego de realizar esta evaluación, estoy de acuerdo con todas las iniciativas del Gobierno Nacional frente a tecnología e innovación, inversión en ciencia y tecnología, planes de movilidad sostenibles, fortalecimiento de la fuerza pública para combatir la inseguridad, implementación del acuerdo de paz y a la economía naranja.
Pero, hay otros temas que llaman mi atención y con lo que no estoy de acuerdo. Por ejemplo, me opongo a las facultades extraordinarias del presidente, debilitar la descentralización del país y la concentración del poder en el Ministerio de Hacienda, que se convertiría en un súper ministerio yendo en contra nuestra constitución. Siempre apoyaré la autonomía e independencia de los entes descentralizados. No es posible que el PND presentado por el presidente Duque plantee que ahora se les deba ordenar a los entes regionales en qué invertir sus recursos. Personalmente pienso que nada que vaya en contra del desarrollo de las regiones debería ser aprobado.
Como Representante del Departamento de Córdoba y de la Región Caribe entiendo que cada región tiene unas necesidades y problemáticas específicas que quienes pertenecen a ellas conocen a la perfección. Un país tan complejo y heterogéneo como Colombia no puede administrarse desde el centro porque nunca va a ser igual el Pacífico a la Amazonía, o los Santanderes a San Andrés y Providencia. Solamente quien se interna entre los habitantes de cada región, los conoce, come con ellos y la recorre, es quien está en capacidad de ordenar sus prioridades.
Ejemplo de esto ha sido la posibilidad que he tenido de construir proposiciones junto con el pueblo cordobés. Durante los fines de semana, me gusta visitar diferentes municipios de Córdoba, hablar con la gente, escuchar sus problemas y pensar juntos en posibles soluciones. Considero que la conexión con ustedes es vital para cumplir la responsabilidad que me confiaron como Representante a la Cámara por el Departamento.
Al plantear a nivel nacional las propuestas que surgen desde el territorio, es evidente que en muchos casos las situaciones más graves no son de conocimiento en el nivel central. Por eso, la centralización mencionada es un retroceso para el avance de nuestras regiones.
Seguiremos debatiendo acerca de los diferentes temas incluidos en el Plan. Mi mayor interés es recoger las opiniones de todos los sectores, por eso hace unos días le hice entrega física del documento del PND a académicos y empresarios para escuchar sus comentarios y apreciaciones al respecto. También, he venido compartiendo en mis redes sociales unos puntos claves respecto al mismo para escuchar las opiniones de todos.
Les extiendo la invitación por este medio para que sigamos esta conversación por medio de mis diferentes canales en Facebook, Twitter e Instagram. Estaré siempre atento escucharlos. Recuerden que la tarea es construir juntos un mejor país.