Por: Gisela Matamoros

El destino de la Región se juega en territorio venezolano y debemos tener claro que a ningún país le afecta más lo que está sucediendo que a Colombia.  La migración fue siempre mayoritariamente de colombianos a Venezuela y, en una menor proporción, a la inversa, pero nunca un desplazamiento masivo como el que se vive actualmente.

La llegada de venezolanos a Colombia se puede dividir en 3 etapas: inicialmente, llegaron quienes tenían más posibilidades económicas, con suficiente dinero para abrir negocios y comprar propiedades. Luego, una segunda ola migratoria repleta de profesionales que vinimos a trabajar y aportar nuestro conocimiento, la tercera y más actual, la de aquellos que lo único que tienen es su vida y por eso huyeron de la barbarie provocada por la dictadura.

Colombia está desbordada de venezolanos en las calles, en los parques, en las plazas…  La migración controlada enriquece a un país, construye puentes culturales y diversidad. Sin control,  simplemente genera caos, miseria, delincuencia y  xenofobia.  Tristemente, en Colombia pareciera no existir control.  El canciller, Carlos Holmes Trujillo, se pronuncia constantemente sobre el tema de Venezuela pero tal vez no ha terminado de entender que Nicolás Maduro no va a irse porque se lo pidan amablemente.

Agradecemos cada palabra y cada gesto de apoyo y solidaridad,  pero llegó el momento de actuar y apoyar de manera contundente. La diplomacia es tan absurda como inútil en el caso de Venezuela. 

Hace un par de años, el presidente Juan Manuel Santos creó el PEP (Permiso Especial de Permanencia), un documento que permite trabajar, estudiar, acceder a servicios de salud con vigencia de 2 años. Sin embargo, no permite tramitar cédula de extranjería, por lo cual, no se puede hacer algo tan básico como abrir una cuenta bancaria o adquirir una línea telefónica. En esa época, la Senadora María Fernanda Cabal, presentó el proyecto de «Visa Humanitaria» que posteriormente fue retirado de discusión en el Congreso por petición de la actual administración de Cancillería, con la propuesta de ampliar el PEP, cosa que aún no ha sucedido.

Llama la atención el tema de recursos internacionales recibidos para la causa venezolana. Se habla de  millonarias cifras para atender la crisis que se ha generado en Colombia por el éxodo masivo. «Estados Unidos hará una nueva donación a Colombia para ayudar en la atención de miles de refugiados venezolanos que llegan al país.»

Según EL TIEMPO serán 9 millones de dólares los que entregará el gobierno estadounidense, sumando en total 46 millones de dólares en ayuda humanitaria, para la crisis venezolana, desde el año fiscal 2017. Por otra parte,  «Holanda donará 4 millones de euros para atender la migración de venezolanos». Mark Rutte, primer ministro de los Países Bajos, puso a disposición de la Organización Internacional para las Migraciones este dinero, en su visita a Colombia. (Pulso)

 ¿Dónde está ese dinero? ¿El gobierno colombiano lo recibió? ¿Quién lo administra? Urge que el gobierno y cancillería presenten cuentas claras de lo que se está haciendo con ese dinero y, además, soluciones concretas y reales… el tiempo de la retórica quedó atrás.

Los venezolanos queremos regresar, pero el caótico estado de nuestro país no es esperanzador.  Y mientras los gobiernos sigan pensando en tibias y utópicas soluciones que solo alimentan a la dictadura, estaremos errando por el mundo como parias, víctimas de un régimen maquiavélico y de la inacción cómplice de todas las naciones.

@GiselaMatamoros