Ad portas de acabarse el primer año de legislatura, es importante hablar de las críticas que ha tenido el presidente del Senado Ernesto Macías, las cuales comenzaron desde el mismo día de su posesión, debido a que el 20 de julio de 2018 se limitó a un dar un discurso revanchista y de espejo retrovisor frente al gobierno de Juan Manuel Santos, con algunos datos bastante imprecisos, a la par que adulaba y homenajeaba al expresidente Álvaro Uribe, olvidando tal vez que el mandatario recién electo era Iván Duque Márquez.
Es de notar que, en el tan criticado discurso, Macías le prometió a Duque que el Congreso se comprometía a tramitar todas las grandes reformas que este mismo presentase, pero esto no sucedió.
Otro mal episodio fue lo acontecido en octubre de 2018 con la líder estudiantil de la Universidad Nacional, Jennifer Pedraza, cuando el senador la interrumpió y le apagó el micrófono en la plenaria, mientras la joven hacia una exposición bastante crítica frente al actual estado presupuestal de las universidades públicas del país. Aun hoy, muchos recuerdan la expresión de Macías hacia Pedraza cuando este le volvió abrir el micrófono a regañadientes: “30 segundos, niña, termina”.
No menos polémica fue la condecoración que le hizo Iván Duque a Macías con la Orden de Boyacá, que es la máxima distinción que se le puede otorgar a diversas personalidades por su labor por el país. De hecho, fueron muchos los colombianos que se preguntaron ¿cuáles han sido los servicios prestados por el senador?
Del mismo modo, un asunto que puso a Macías en el ojo del huracán fue su posición frente a la JEP, cuando dilató por varias semanas el envío de la Ley Estatutaria de la JEP para sanción presidencial, cuando interpuso una tutela contra el trámite de la votación de la Cámara de Representantes en donde se hundieron las objeciones presidenciales; o aquella ocasión en la que se equivocó respecto a la mayoría absoluta del cuórum en el Senado el día en que esta corporación decidió sobre las objeciones de la Justicia Especial para la Paz.
Más allá de los repetidos cuestionamientos por algunas malas moderaciones en plenarias, el senador Macías también recibió un sin número de críticas por varias de sus polémicas propuestas. Entre estas se destaca la de ampliar de cuatro a cinco años el periodo presidencial. En aquella ocasión, incluso el presidente Duque y la vicepresidenta Ramírez rechazaron tajantemente esa iniciativa.
En últimas, al igual que muchos, considero que Macías merece un reconocimiento a la calidad de ser el presidente del Senado más discreto que ha pasado en los últimos años por ese recinto. De ser un poco más contundente se podría señalar a Macías como un senador que se fue sin pena ni gloria por su pasó en la presidencia del Senado. Ojalá el reconocimiento fuese entregado por la banda de rock estadounidense Interpol.