Por: Erasmo Zuleta

En días pasados el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, radicó el Presupuesto General para 2020. El monto total es de 271,7 billones de pesos, un 9% superior al que actualmente está vigente para 2019. Según Carrasquilla, se trata de un presupuesto austero que se ciñe a las reglas fiscales del gobierno y está pensado para que el país conserve su récord con las calificadoras de riesgo internacionales. Hasta ahí todo parece ir muy bien.

Sin embargo, luego de estudiar dicho presupuesto y analizar su distribución, la situación cambia. Me preocupa que el rubro para el sector agropecuario, asignado para el año entrante, se vea disminuido en un 21%. De 2,3 billones se pasó a 1,8 billones. Es decir, $500 mil millones de pesos menos para el campo colombiano. Así es imposible pensar en mejorar las condiciones de nuestros campesinos, y cumplir las grandes apuestas del Presidente Iván Duque de que el campo y el turismo sean el nuevo petróleo.

Tampoco se podrán implementar estrategias efectivas para desarrollar políticas que conviertan al campo en motor de riqueza. Iniciativas como la cédula rural, que está contemplada en el Plan Nacional de Desarrollo (PND), podría quedar archivada, al menos, para el próximo año, porque básicamente el campo recibirá un rubro que le permitirá escasamente mantenerse; no progresar.

También me preocupa lo sucedido con el presupuesto destinado para el deporte. Más aún, cuando hace pocos días celebrábamos que un colombiano se convertía en el primer latinoamericano en ganar el Tour de Francia. Bastante paradójico que con el fervor patrio todavía encendido por el triunfo de Egan Bernal, el deporte colombiano haya recibido una grave disminución del 12% en su presupuesto para el próximo año. Todos pensábamos que el deporte iba a tener mayores recursos porque Coldeportes pasó de ser una entidad a un Ministerio, pero no. Al parecer es un Ministerio de papel y le tocará a Egan venir a pedir un aumento en ese presupuesto.

No obstante, resalto que el Presidente Duque le cumplió a la educación, base del desarrollo de toda nación. No se puede desconocer que este presupuesto es coherente con lo pactado en el PND, que garantizaba mayores recursos para este sector. De tener 40,4 billones en 2019, ahora tendremos 43,1 billones para 2020. Además, el SENA también pasó de 3,59 billones a 3,67.

El presupuesto debe ser aprobado en el Congreso antes de la medianoche del 20 de octubre. Por lo pronto, se trata de una propuesta y el Gobierno debe ser coherente con el discurso del Presidente Iván Duque, con lo plasmado en el Plan Nacional de Desarrollo y la asignación presupuestal para cada sector. Tengan certeza de que estaré luchando por los ajustes necesarios y lograr las partidas presupuestales necesarias para la región caribe y los sectores que mayor impacto social generen; de esta manera se reducirían las brechas de desigualdad social y se apuntarían a las necesidades de los colombianos.

@ErasmoZB