A menos de un mes de las elecciones regionales, la ciudadanía no sabe mucho sobre estas. Los medios, en general, se centran en las capitales importantes del país, pero Colombia no es solo Bogotá y lo que ocurre en las provincias afecta a las capitales. Hoy, todo joven que desea progresar o aprender más, se ve obligado a salir de su ciudad natal de modo que es de suma importancia tener más información sobre lo que ocurre en otras poblaciones, si queremos saber la raíz de los problemas.
Es seguro que tendremos un país mejor el día que empecemos a preocuparnos por municipios intermedios como, por ejemplo, La Dorada (Caldas). El municipio conocido como ‘La Glorieta nacional’, por su ubicación geográfica, sufre una de sus elecciones más preocupantes desde la época más violenta, la cual representa un candidato en particular, el señor César Alzate Montes.
El señor Alzate gobernó La Dorada entre el 2001 y el 2003, tiempo en el cual fue sancionado por la Procuraduría General de la Nación, y posteriormente sometido a medida de aseguramiento por la justicia, luego de que el comandante paramilitar Ramón Isaza lo relacionara en sus declaraciones en el proceso conocido como “Justicia y paz”. El exalcalde fue administrador de la Hacienda el Japón, propiedad del exnarcotraficante Jairo Correa Alzate, su primo-hermano. Es de recordar que este candidato a la alcaldía municipal no cuenta con título de administrador y la Hacienda El Japón estaba destinada a la reparación de víctimas por parte de la Dirección Nacional de Estupefacientes, pero su destino quedó como base de operaciones del excomandante paramilitar conocido como “El Gurre”, mientras César Alzate era administrador de la misma según el ‘expara’ en sus declaraciones en Justicia y Paz.
A pesar de que estos hechos ocurrieron hace más de una década, no deja de ser preocupante y, mediante la proyección, podemos ver en eventos pasados cómo será el futuro. Las tácticas de este candidato no han cambiado demasiado.
En la última semana de septiembre de 2019, capturaron a dos personas que estaban haciendo una supuesta “campaña de desprestigio” que consistía en unos volantes que reproducían la columna de Ariel Ávila en la revista Semana. Después de la supuesta captura de estos repartidores de volantes, el jefe de prensa de Alzate Montes comunicó que los “culpables” habían “confesado” que les había pagado un opositor.
Lo que sí existe hoy, a octubre de 2019, son investigaciones en la Procuraduría General de la Nación en la cual se indaga por la participación de la directora de la empresa de servicios públicos de La Dorada (Caldas); el secretario de gobierno, Elkin Alfonso Bustos, y probablemente el alcalde de este municipio en atemorizar a funcionarios y contratistas para votar a favor de Alzate, incluso, persecución del secretario de gobierno, quien fue denunciado por acoso laboral a una inspectora de policía en provisionalidad buscando su renuncia, lo cual sí es un delito.
En conclusión, si los ciudadanos no se empoderan, hacen valer sus derechos, ven con atención las señales de peligros electorales seguirían eligiendo gobernantes con miel en los labios y oscuridad en el corazón.