Activistas, opinadores y jóvenes lograron renovar el Concejo de Bogotá. Al parecer las redes sociales sí sirven para llegar a cargos de elección popular y desbancar a los políticos tradicionales.
El Concejo de Bogotá es la entidad de control político más importante de la ciudad y está conformada por 45 concejales, quienes tienen como función natural vigilar y controlar la gestión de las autoridades distritales.
Las elecciones del pasado 27 de octubre cambiaron el mapa político de la ciudad. De los 45 cabildantes entrarán 23 nuevos. Alianza Verde logró consolidarse como mayoría, al pasar de 6 a 12 curules, mientras que Cambio Radical es el nuevo perdedor, pues pasó de tener 9 concejales a 5, y su cabeza de lista se quemó.
María Andrea Nieto, excandidata independiente a la Alcaldía, se dio a conocer por sus fuertes denuncias en contra de Alfonso Prada tras ser directora del Sena. Como lo supo el país, estas denuncias le costaron el cargo en el Gobierno del expresidente Juan Manuel Santos, y pese a encabezar la lista de Cambio Radical, no logró alcanzar la votación para entrar al Cabildo. Muchos creen que a Nieto el electorado le cobró el tener una bandera anticorrupción y aceptar ser cabeza de lista de un partido tan cuestionado. Los ciudadanos han empezado a cobrar la incoherencia política. Sin embargo, ni ese partido le quita lo valiente que es.
Los Liberales ganaron una curul más y llegaron a 7, la sorpresa entre el partido es que se quemó Jorge Durán Silva, quien mantuvo su curul desde 1978. El Centro Democrático pasó de 6 a 5 concejales; el Conservador de 3 a 2; Colombia Justa Libres de 1 a 2, y el petrismo pasó de 1 a 3 curules, en las que hay que destacar a la joven abogada y conocida líder de la UP, Heidy Sánchez, quien ha sido analista política en diferentes medios e hizo parte del programa Polas Opuestas que es trasmitido por YouTube. Aparte de lo anterior, llamó la atención que casi se queda por fuera el partido de la U, que pasó de 4 curules a una.
La lectura es una sola: los partidos tradicionales perdieron fuerza en la ciudad y se destaca la entrada del movimiento “Bogotá para la Gente”, que llega con el respaldo de más de un millón de ciudadanos y de grandes líderes como Ángela Garzón, quien aportó gran parte de la votación de esta nueva fuerza política.
De quienes repiten se destaca Andrés Forero del Centro Democrático, quien es joven, relativamente nuevo y no tiene maquinaria política. Fue un abanderado por congelar el impuesto predial y en varias ocasiones su desempeño fue destacado por sus compañeros de Cabildo. También se renueva el Centro Democrático con la llegada de Humberto ‘Papo’ Amín, un joven sin tachas y opinador de la coyuntura nacional en diferentes medios. Él prometió tener una agenda de competitividad para la ciudad.
Las grandes sorpresas
Al parecer sí hay un espacio para los jóvenes, los activistas y los opinadores para transformar la política y cambiar esas mañas de reuniones con líderes, lechona, tejo y tamal. Se pasó de las redes a la acción.
Para hablar de las grandes sorpresas se debe iniciar mencionando al polémico Carlos Carrillo, candidato por el partido Polo Democrático, y a quien los políticos tradicionales subestimaban. Carrillo, hoy elegido Concejal de Bogotá para el periodo 2020-2023 con la mayor votación de su partido, demostró que es posible hacer campaña a raíz de la opinión, sin maquinaria y sin grandes recursos. Se trató de una campaña del uno a uno, con voluntarios y amigos. Él demostró que hoy en día sí cuenta el trabajo de redes, y que con éste es posible llegar a corporaciones que antes eran impensables.
Así mismo, hay que hablar de Julián Rodríguez Sastoque, el más joven en llegar al cabildo. Con 23 años, una capa y un megáfono logró una gran votación. Andrea Falla, Diego Cancino, Jorge Colmenares y Heidy Sánchez también abren la puerta a los nuevos liderazgos y dan una luz de esperanza. Sí vale la pena el trabajo de redes, el activismo, los liderazgos jóvenes y las nuevas formas de hacer política. La renovación no es solo ver gente joven en cargos de elección popular, es también observar que se abre un campo para aquellos que hacen política de una forma diferente.
El sinsabor fue, sin duda, la joven aspirante Laura Medina, quien no alcanzó la votación para llegar al Concejo, pero que se destacó por hacer una campaña de opinión, redes y calle. Medina logró, de lejos, hacer una de las mejores campañas, y por esto hoy tiene más futuro que pasado. Así que es seguro que la veremos trabajando por el país desde diferentes escenarios. Ya es momento para que el electorado de centro derecha crea en estos nuevos liderazgos, que los partidos los potencien y que se entre en la onda de los candidatos que realmente quiere la gente.
El país cambió y los líderes que quiere la gente también. Se deben actualizar los discursos y las formas de hacer política, hay que ser contundente en la defensa de banderas y hay que luchar con más fuerzas, porque ahora sí le gana la opinión y el trabajo decente a la politiquería.
Ahora queda un gran reto: no es ser solo joven, es llegar y hacerlo muy bien.