Gran satisfacción ha generado la reciente participación en el torneo preolímpico de la selección femenina de voleibol. Si bien no se clasificó a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, que era el objetivo principal, es de destacar el gran juego mostrado por las deportistas durante los partidos disputados.
Lo anterior, tal vez representa la curva de crecimiento deportivo que ha tenido Colombia en el tiempo reciente, más allá de que el país no se ha caracterizado por ser una potencia deportiva a nivel regional, ni mucho menos global. Sin embargo, hay logros notorios en la materia.
Fue en Sídney 2000 cuando se obtuvo la primera medalla de oro en unos Juegos Olímpicos, con la levantadora de pesas María Isabel Urrutia. Luego se tuvo que esperar hasta los olímpicos de Río de Janeiro en 2016, donde la bicicrosista Mariana Pajón, la atleta Caterine Ibargüen y el pesista Óscar Figueroa le brindaron al país otras preseas doradas. A estas hazañas también habría que sumar algunas medallas de plata y de bronce (9 y 14 respectivamente) obtenidas en las ediciones de Juegos Olímpicos y varios campeonatos mundiales en diversos deportes, entre otros logros.
Ahora, con lo conseguido el año pasado en episodios como el logro de Egan Bernal en el Tour de Francia, la victoria de Cabal y Farah en Wimbledon y el US Open, o el oro de la Selección de Fútbol Femenina en los Juegos Panamericanos de Lima, también se nos muestran que se viene en una curva de crecimiento deportivo a la que se le debe apostar como nación.
Y es que si hay dos elementos en una sociedad que son de vital importancia para segmentos poblacionales como la niñez, la adolescencia y la juventud, son la educación y el deporte. Y en un país donde, por ejemplo, la tasa de los llamados ‘Ninis” (jóvenes que no estudian ni trabajan) es alarmante, una herramienta para evitar que todos ellos eviten caer en flagelos como las drogas, la delincuencia y demás, es sin lugar a duda la práctica deportiva.
Ahora, si bien algunos deportistas están haciendo lo suyo obteniendo logros para Colombia, también se tiene que adelantar un esfuerzo reciproco, que no solo involucra al sector público -es decir al Estado- sino también al sector privado y a la misma ciudadanía.
Sobre el primero es de aplaudir que poco a poco ha ido avanzando en incentivos para los deportistas en los últimos años y la reciente creación del Ministerio del Deporte quizá sea un gran paso para mejorar el deporte colombiano. Pese a ello es necesario, entre otras cosas, destinar más recursos desde el nivel nacional para este sector e igualmente fomentar y desarrollar más las prácticas deportivas de manera homogénea en el país, debido a que hay sectores en el país que carecen de dotaciones y capital deportivo, mientras otros territorios son altamente competitivos.
Sobre el segundo, el sector privado, es fundamental que este invierta y apoye más el deporte nacional, tanto a nivel de ligas, semilleros y deportes de alto rendimiento.
En cuanto a la ciudadanía, se hace necesario que esta también apoye a los diversos deportes y deportistas, asistiendo masivamente a los escenarios y a las competencias deportivas. Es clave ir a los estadios y acompañar las competiciones, comprar elementos como los del merchandising, realizar donaciones, entre otros. Todo esto no debe ser solo para el fútbol, que es la práctica más famosa a nivel nacional, sino también otros deportes.
En resumidas cuentas, si se quiere algún día ser una verdadera potencia deportiva de talla global, se requiere que todos pongan su grano de arena al respecto y apostarle al deporte de manera decidida para que este se convierta en un hito nacional. En lo personal creo que tal sueño no es descabellado, debido a la calidad de los competidores que se está forjando.