El coronavirus ha sido un terremoto que impactó desde ámbitos tan individuales como nuestras vidas y proyectos personales, hasta instancias más generales como la administración pública, que es el tema sobre el cual me gustaría pronunciarme hoy.
En medio de la actual coyuntura, el Presupuesto General de la Nación (PGN) cobra especial importancia. Al revisar la ejecución que se le dio al presupuesto de 2019 veo con gran tristeza que a sectores estratégicos de la nación les dejaron de invertir aproximadamente $12 billones. Se trataban de unos recursos que ya estaban aprobados por el Congreso y no se ejecutaron, lo que se conoce como pérdidas de apropiación.
Hagamos un paseo por la historia para que entiendan a qué me refiero. El 31 de diciembre de 2019 el Ministerio de Hacienda redujo el PGN en 9 billones, es decir, las pérdidas de apropiación se reducirían a $3 billones y la ejecución presupuestal luciría mejor.
Ahora bien, si comparamos la ejecución con el presupuesto, que inicialmente fue aprobado por el Congreso, vemos que los sectores de hacienda, servicio a la deuda pública, minas y energía, defensa, inclusión social y agro son los que más pérdidas de apropiación presentan.
En tiempo de coronavirus el sector salud presenta pérdidas de apropiación por $2.8 billones de pesos, de los cuales $2.7 billones correspondían a aseguramiento en salud, pero es inexplicable que estos recursos se hayan dejado de ejecutar. Este dinero hubiera sido una gran inversión para el Instituto Nacional de Salud y la Superintendencia frente a la pandemia que hoy nos aqueja.
No solo nos preocupan los anteriores entes, el INVIMA dejó de ejecutar $33 mil millones de pesos teniendo necesidades como el fortalecimiento del comercio de productos agropecuarios o alimenticios.
Paradójicamente el agro, otro sector clave en medio de la actual coyuntura, presenta $353 mil millones sin ejecución. No obstante, y a pesar de lo que significa hoy el campo para la sociedad, es lamentable, que un actor fundamental para el agro colombiano como lo es el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) haya dejado de ejecutar $63mil millones de pesos.
Desde que llegué al Congreso en 2018 he sido abanderado de que el Gobierno debe saldar la deuda histórica que tiene con el campo colombiano. En ese contexto, y teniendo en cuenta nuestro potencial agrícola, las pérdidas de apropiación anteriormente mencionadas son una alerta de doble sentido.
Por un lado, se trata de un campanazo que nos indica que debemos mejorar la forma en que hacemos nuestros presupuestos. Por el otro, los encargados de ejecutar estos presupuestos deben mejorar la forma en que lo están haciendo. En términos coloquiales, el problema con las pérdidas de apropiación se puede explicar de una manera muy sencilla: es como si la mamá lo mandara a uno a la tienda porque hay que cocinar el almuerzo, pero no le llevaramos todos los ingredientes que necesitaba. Por lo tanto, el almuerzo queda incompleto.
Pensando con miras al 2021, el PGN que está próximo a discusión, será analizado, teniendo en cuenta la situación nacional y mundial. Aunque será difícil darle una mirada imparcial, está claro que nos encontramos ante una situación histórica para la que nadie estaba preparado. En todo caso, lo que sucedió con el PGN anterior no puede volver a repetirse. Los colombianos nos merecemos un almuerzo bien cocinado y con todas las de la ley.