“Magia, solo con una persona; con el resto, ilusionismo”… (Tomado de Twitter)
Es diferente porque no la estaba buscando, lo juro. Llegué con la única intención de terminar, pasar lo más desapercibido posible y salir de allí sin ninguna otra cosa que con el objetivo alcanzado en las manos. Pero ahí estaba, y después de que me hiciera voltear a mirarla varias veces durante esa primera vez, no pude dejar de hacerlo.
Es diferente porque la quise desde antes de que ella pudiera verme, la quise en silencio, esperé. Es diferente porque soñaba con sus besos, incluso antes de darle el primero y porque luego de probar su boca no hay nada que extrañe tanto todo el tiempo.
Es distinto porque al no estar buscando nada ni a nadie, es todo nuevo, las sensaciones, los colores, los lugares, las formas. No busco nada en ella que haya visto en nadie más. Es todo genuino y diferente, o acaso era; es todo mágico y bonito, o acaso era; queda todo por descubrir, o acaso quedaba.
Fue como dar con un ángel. Estuvo ayudándome todo el tiempo. Con trabajos, con información, con compañía, con ánimo. Evidentemente no hubiera podido si no hubiera estado ahí. ¿Por qué lo hizo? Yo no se lo pedí ¿Por qué es tan dedicada, tan pila, tan inteligente, tan entregada? ¿Por qué le ayuda así a los demás? ¿Por qué es tan jodidamente especial, por qué es tan bonita? ¿Por qué? Eso empeora todo, lo hace más difícil. Es como si Dios hubiera enviado un ángel, pero no solo me ayudó, también me enamoró.
¿Será un error? ¿Se molestará Dios por eso? ¿Los ángeles como ella también se podrán enamorar de uno? Si acaso Dios se la lleva lejos a ayudar a otro o a otros ¿Qué voy a hacer? ¿Acaso no pudo haber pensado Dios en eso? ¿Se le escapan esos detalles?
Necesito escuchar que soy todo lo que necesita, que soy un gran hombre y que merezco lo mejor. Necesito que me diga que verme la altera, que provoco un desorden en ella y que su panza sufre cuando me ve. Necesito que me diga que mis besos despiertan sensaciones en ella hasta ahora desconocidas. Necesito que me diga que conmigo, hasta los días lluviosos, que odia, pueden ser lindos. Necesito que me vuelva a decir todo eso. Necesito saber cuál es la verdad de este silencio aterrador, saber cuál es la razón de este cambio brusco e inesperado.
Que ni se le ocurra decirme esa frase de que “soy demasiado para ella”. Que ni se le ocurra decir que “merezco algo mejor”. Esa forma de abandonar la conozco bien; si se va a ir, que asuma lo que realmente sucede y me lo diga todo realmente como es. Que no trate de quedar bien. Que sea sincera, como lo prometimos.
«Si sientes culpa, no la sueltes con una despedida a medias,
marchándote un poco el martes
y volviendo mañana,
para dejar la foto el jueves.
No te vayas yendo lentamente,
poniendo al futuro sobre aviso.
No me entregues la soledad por fascículos, no lo dilates.
Yo quiero que asumas la culpa y la bondad que hay en ello,
desamor sin maquillaje, la verdad sin photoshop.»
Fragmento de: Yo no quiero que te vayas, Marwan