Por: beto díaz

Se empiezan a mover las fichas para las próximas elecciones en Colombia, algunos cambian de carril, aquellos que estaban en el centro se pasan a la derecha, los de derecha a la izquierda y así sucesivamente, cada uno cree tener la razón de su cambio, creyendo que por esa vía se circula más rápido, pero amanecerá y veremos. A continuación, les compartiré mi visión sobre el panorama de alianzas que se vienen tejiendo, corriendo el riesgo que me llamen felón, conspirador, torpe y demás adjetivos por parte de los feligreses y dependientes funcionarios de cada candidato o partido.

¿Para dónde van los verdes?

De aquella ola verde, liderada por Antanas Mockus, ya no queda ni una brisa. Al parecer, ya no hay cocción entre las mieles con la actual alcaldesa de Bogotá, pues la renuncia de Adriana Córdoba a la Secretaría de Planeación y las recientes declaraciones de la representante Katherine Miranda, pupila de Antanas, dejan ver un partido que se encuentra fracturado en su interior.

Por un lado, está el sector de Angélica Lozano y Claudia López, en donde una de sus apuestas es el candidato Iván Marulanda, actual senador, quien es cercano a Sergio Fajardo y al movimiento Compromiso Ciudadano, su otra puesta es Ángela María Robledo, quien fue excandidata vicepresidencial por la Colombia Humana y quien se retiró por diferencias entre ella y miembros de esa colectividad. Este grupo estaría más orientado a hacer una alianza con Sergio Fajardo y los Verdes, incluso, la llegada de Fajardo al partido.

En orillas diferentes se encuentran Inti Asprilla y Antonio Sanguino, este último actualmente senador y quien haría parte del mecanismo de la elección del candidato de la Alianza Verde a la presidencia. Este sector se encuentra más a fin con una alianza entre la Colombia Humana y los verdes. Finalmente, Camilo Romero viene en solitario proponiendo una alianza entre todos los sectores.

Lo que queda claro es que quien gane la consulta, encuesta o mecanismo de elección, y sea el candidato presidencial, guiará la alianza de esta colectividad para las presidenciales, sin embargo, al final, seguramente cada quien apoyará al candidato de su predilección, ahondando más la división de la desalianza verde.

¿Para dónde va el centro?

Aquí se encuentran una amalgama de candidatos que tienen en común el no hacer alianzas entre el candidato de la denominada derecha e izquierda, uno de ellos es Sergio Fajardo quien, para algunos analistas, ha callado ante hechos de relevancia y su silencio no ha ayudado en la práctica a resolver las discusiones del país. Este ha sido calificado de falta de reflexión y de prudencia, pues un presidencial no puede quedarse mudo cuando el país se derrumba, sin embargo, tiene en Claudia López su mayor escudera para llegar a la Casa de Nariño.

Otro de los candidatos es el senador Jorge Robledo, quien se apartó del Polo Democrático y creó su movimiento Dignidad. Hizo parte de quienes apoyaron en la campaña a la alcaldesa y, aunque tiene participación en la Alcaldía de Bogotá, a través de la Secretaria Distrital y en Distrito Joven, no tiene el apoyo de Claudia en su aspiración presidencial. Y lo que sí generó fue un ruido dentro de su sector, ya que sus pupilos han sido poco críticos a medidas y promesas de campaña incumplidas por la alcaldesa de Bogotá. Otros candidatos como Juan Fernando Cristo están en similares condiciones.

Lo que sorprende, de llegarse a dar una consulta entre los “alternativos”, es la postura de los Galán en torno a Sergio Fajardo, ya que Carlos Fernando, quien lidera Bogotá Para la Gente, ha sido crítico de la alcaldesa y sería confuso su discurso, porque por un lado estarían aliados con Fajardo, a través de Juan Manuel, y por el otro criticando las medidas que toma la alcaldesa.

Por último, me referiré a Roy Barreras, quien hizo un llamado a Angélica Lozano para crear un “nuevo centro”. ¿Es acaso Angélica la dueña de este espectro político del país? ¿Es tal el poder, detrás del poder? Lo que le aconsejo al senador Barreras, que seguramente no me va a leer, es que no continúe suplicando participación en espacios donde no le han invitado, que mejor asista a las invitaciones de los nuevos medios alternativos, ya que al igual que él estos espacios son nuevos y de altísimo aporte a la democracia, así tan solo, según usted, lo vean tres o cuatro gatos.

¿Para dónde va la derecha?

La derecha se está uniendo rápidamente con Alex Char, Dilian Francisca y Federico Gutiérrez, entre otros. Este sector político sabe que su mayor debilidad es la falta de gerencia del presidente Iván Duque, pues nos quedamos del año del aprendizaje al gobierno del aprendizaje. A raíz de la pandemia a miles de colombianos la muerte les golpeó a la puerta, a otros tantos millones el hambre, y el desempleo ha llevado a la quiebra a pequeñas y medianas empresas. Se escuchan las voces de ciudadanos indignados al ver cómo las políticas de esta administración están direccionadas para salvar a las grandes corporaciones y a los banqueros, mientras en las calles abundan las banderas rojas, no solo en los sectores populares sino también en los comerciantes, que se resisten a más cuarentenas por la falta de un gobierno protector, el cual se encuentra entre los últimos países de la región en empezar la vacunación.

Es tal la factura en negativo de la gestión del presidente Duque que, incluso, se ha mencionado la posibilidad que un delfín pueda ser el mesías, el caudillo, el elegido de este sector a la presidencia, tenga o no las competencias para asumir semejante cargo, sin embargo, esa falta de trabajo, y sobre todo de resultados, le pasarán cuentas a quien sea el electo(a) por esta colectividad. Se escucha la posibilidad de que la vicepresidenta pueda ser la candidata a pesar de que la vergüenza tenga mala memoria, a pesar de la tragedia de este gobierno en el cual se han tenido que acudir a estrategias como las revocatorias. Lo que podría resarcir en algo a este espectro político es que se haga un proceso de vacunación eficiente y rápido, porque el discurso del castrochavismo poco importa a la ciudadanía, que no piden que los salven en el 2022, sino ya.

¿Para dónde va la izquierda?

En este sector la principal figura para la contienda presidencial es Gustavo Petro, que se encuentra apoyado por la UP, el Polo Democrático, el MAIS y la Colombia Humana, sin embargo, sus cuatro millones de seguidores en Twitter y votos que obtuvo en la última elección no le alcanzan para ser presidente, por ende, debe buscar una alianza con otros protagonistas de la política de un perfil como María Ema Mejía e, incluso, un Antanas Mockus, que le permitan sumar votos a su campaña.

El mantener aliados es una de las debilidades de Petro, primero con el hoy senador Jorge Robledo, a raíz del carrusel de la contratación que se dio en la administración de Samuel Moreno en Bogotá, luego con quien fuera su secretario de gobierno en la alcaldía, Navarro Wolff, el cual salió por diferencias con Alex Vernot, quien en ese entonces era asesor de Petro y contó con su respaldo, y, al parecer, la historia se repite con Ángela María Robledo y Hollman Morris, pues al guardar silencio y no apoyar con mayor ímpetu conllevó a la renuncia del proyecto de la Colombia Humana por parte de Ángela María. El resultado de las decisiones de Petro es que ahora se encuentra solo. Hoy, ¿qué pueden ofrecerle Alex Vernot y Hollman Morris para afrontar la campaña? ¿Es Hollman el equivalente a Angélica Lozano con Claudia López que, en vez de sumar, restan a la imagen de sus caudillos?

Otro de los retos que tiene este candidato es desligar su imagen de “el gran líder latinoamericano Hugo Chávez”, que ha generado desconfianza en los sectores económicos del país, y que a sus contradictores políticos les ha servido para sustentar que Colombia, en manos de Gustavo Petro, podría repetir la historia de la hoy famélica Venezuela.

Twitter. @betodiazb