Por: Daniel Mejía Lozano

Volvimos a la edad media, estamos en el oscurantismo, todas las ciudades son sospechosas, no certificamos la muerte porque es imposible asistir a un funeral, estamos en el purgatorio y los bancos lo reafirman con sus despiadados intereses que no tienen techo ni nadie que los controle, ocultos en una muralla, las fronteras se han cerrado, el conocimiento se entierra mientras el miedo gobierna con la cruz en la frente.

“Por ahí un senador de izquierda salió a las calles haciendo show”, se murmura en el gobierno mientras Wilson Arias realiza un plantón con ciudadanos frente a Bancolombia y otras entidades por los abusos cometidos en medio de la pandemia. El rico cada vez es más rico y el pobre se esfuma en las cenizas después de la cremación, su muerte no se certifica, pasan por el mundo sin pena ni gloria, se convierten en cifras del banco mundial, ni derecho a un funeral digno tienen los más vulnerables.

Es increíble hasta dónde la institucionalidad abusa de la nación. En lugar de brindar un alivio financiero, los bancos, escudándose en los decretos emitidos por el presidente Iván Duque, han “robado” de frente a millones de colombianos.

En Bancolombia han llegado a subirle a los créditos hasta un 50 % en intereses con normas que nadie entiende, el banco se escuda en el Gobierno quien decreto esta medida. La política del miedo es la muerte financiera aprovechándose de la ignorancia. Saben muy bien cómo lavarse las manos, claro por temas del covid-19. Mientras numerosos ciudadanos protestan contra esta entidad financiera y otros bancos, como siempre el gobierno guarda silencio mientras el padre nuestro para las almas en pena.

Recordemos las características de la edad media. En primer lugar, las instituciones religiosas eran núcleo de poder, acá convertimos en santos a exministros y presidentes. En segundo lugar, los miedos y la obediencia a los dogmas, esa característica sí aplica completamente. La muerte silenciosa en el viento nos ha quitado el derecho a respirar, el miedo a una UCI nos confinó en la desesperanza. Finalmente, la persecución a la brujería y las grandes diferencias sociales, un escenario que se ratifica con todos los beneficios otorgados a los bancos, bueno de brujas no quiero hablar para no ser perseguido.

Recordemos que en el oscurantismo se prohíbe la libertad de expresión, hay dificultad para llegar al conocimiento y la improductividad gobierna, como en la era Duque, tal cual una era oscura. El purgatorio bancario nos hace consientes de la profunda crisis moral de la banca humana, que está por el suelo.

 @Daniel_MLozano