Por: Cristián Romero 

«¡Advertencia! Aceptar ser parte de este juego demoniaco revelará lo peor de ti. Esto, fue lo primero que se me vino a la cabeza cuando llegué a la palabra FIN».

Esta frase de la booktuber colombiana Raquel Viveros me encanta, porque eso mismo sentí cuando leí SEIS, la nueva novela de Álvaro Vanegas, el autor de terror más prolífico y conocido del país, un tipo comprometido con sus letras y, sobre todo, con lo que dice con ellas. Quien ha leído a este autor sabe que siempre, palpitantes bajo la sangre y el horror que siempre caracteriza sus novelas, yace la intención de revelar el gran espectro del ser humano, esas verdades que se esconden tras la superficie de todos nosotros, y es que, como él mismo lo dice: «El terror de ahora, el bueno, suele tener una postura política clara. Procuro que ese sea el caso en mis historias. Por eso me aseguro de que, al leer las vidas de los personajes, los lectores sientan que están espiando a alguien y se confronten: ¿cómo soy cuando no hay nadie mirando? Ahí, en esos momentos, es que somos auténticos y dejamos salir nuestra verdadera naturaleza». Por eso para Álvaro es tan importante que en sus libros siempre haya un mensaje entre líneas, donde queda claro lo que piensa sobre la sociedad, la religión y la situación política del país, entre otros temas.

El terror como género siempre ha servido para un propósito social. En la Edad Media, a través del folclore, se creaban leyendas y mitos que ‘asustaran’ a la gente para que se mantuviera alejada de ciertas cosas; gran ejemplo de esto son las leyendas de las que nacen los Cuentos de los Hermanos Grimm, en las que los monstruos eran utilizados con un propósito: que los niños no salieran de casa, que tuvieran cuidado de no hablar con extraños; pero no todos los propósitos fueron positivos, de hecho las brujas y los demonios fueron introducidos por la Iglesia Católica para controlar a la población a través del miedo.

Con el tiempo, el terror ha seguido siendo un instrumento social, pero se ha transformado en una herramienta de crítica, un ejemplo de esto son los zombis, los monstruos más políticos que hay, pues en realidad simbolizan toda la corrupción humana que se manifiesta en seres humanos infectados o muertos vivientes.

En SEIS: ¿jugarías a los dados con el demonio?, Álvaro Vanegas cuenta una historia cinematográfica, de un ritmo trepidante, para que sea leída en una o dos sentadas, con personajes muy anclados a la realidad, y que, además, están sometidos a las peores situaciones. Supe de muy buena fuente que ya se está planeando llevar al cine esta historia, cruzo dedos para que sea pronto. Vanegas basa su libro en la leyenda urbana de los dados de András, el Marqués de los infiernos, y la premisa es la siguiente: seis personas se embarcan en un juego de azar con el demonio y las reglas son claras: en cada ronda todos los participantes deben lanzar los dados, y la persona que obtenga el mayor puntaje tendrá el derecho y la obligación de causarle daño a alguno de los presentes. La última persona viva será la dueña de los Dados de Andras y tendrá todo lo que ha soñado con tan solo desearlo.

Con esta premisa, Vanegas se sirve para mostrar hasta dónde podemos llegar los seres humanos por conseguir lo que deseamos. El libro danza entre dos líneas de tiempo; por un lado, el lector tendrá la oportunidad de sumergirse en la vida de cada uno de los seis personajes en los meses anteriores al juego, y en esos momentos se darán momentos increíbles desde lo narrativo en los que Vanegas muestra la fuerza que tiene en la construcción de personajes; hay una escena en particular, donde una de las mujeres hace un discurso fenomenal sobre el machismo y la forma en la que las mujeres son menospreciadas aun hoy, en pleno 2021. Por el otro lado, nos adentramos en el juego, cuando estos seis personajes se enfrentan, sin posibilidad de escape, obligados a hacerse daño entre sí y se revela la naturaleza humana sin ningún tapujo.

Sin duda, SEIS me atrapó desde el inicio, como lo sabe hacer este autor. No deja de rondarme la cabeza esa pregunta que plantea el libro: «¿Qué pasaría si pudieras tener todo lo que siempre has soñado –y más–, pero para lograrlo tuvieras que hacerle daño a otro ser humano?». Quiero pensar que me negaría, que la mayoría de nosotros nos negaríamos, en serio quiero pensarlo… pero admito que, a veces, no estoy tan seguro.

Twitter: @ICristianRomero