Dos activistas ambientales, representantes de la firma Engine, fueron nombrados en el Junta Directiva de la compañía petrolera EXXON MOBILE. Si bien no se configuran como mayoría, representan una nueva forma de posicionamiento estratégico de las luchas ambientales. La decisión representa una tensión entre el rendimiento financiero y las prácticas de sostenibilidad de la compañía, pues los inversionistas aseguran que la compañía no ha tomado decisiones de adaptación, un proceso que ha tomado más tiempo que otras compañías petroleras como BP y Shell.
¿Cuál es la responsabilidad de las compañías en la contención del cambio climático? La determinación de responsabilidades particulares en procesos globales no ha sido viable, aún así si podemos identificar los escenarios de fiscalización o de rendimiento de cuentas sobre el tema:
Primero. Responsabilidad legal directa sobre daños y perjuicios causados al medio ambiente. El límite de responsabilidad para gerentes, tomadores de decisiones, accionistas y personas jurídicas parece cada vez más tenue. Los organismos de control y los tribunales no solo cuentan con mayores herramientas para detectar el origen de los recursos y decisiones, sino que también juzgan la falta de pericia en la gestión de riesgos y daños directos a comunidades y medio ambiente.
El riesgo es especialmente alto en las industrias extractivas. Los tribunales internacionales ponen su lupa sobre los actores determinantes, más allá de las limitaciones tradicionales de responsabilidad para personas jurídicas. Por ejemplo, a inicios de año la casa matriz de Shell se vio obligada a responder por las acciones y omisiones de su filial por la contaminación del delta del río Niger; en el 2020, la misma EXXON MOBILE fue acusada por el Estado de Michigan de retrasar y manipular la información sobre el cambio climático desde la década de los 80.
Segundo. Juntas directivas. Como en el caso de EXXON, los movimientos de accionistas conllevan a la toma decisión sobre repartición de utilidades y la destinación de recursos corporativos. Al respecto, en el corto plazo se deberán tomar decisiones sobre diferentes factores como la estructura orgánica de la compañía con el objetivo de responder al cambio climático, el reporte a las autoridades nacionales y la inversión directa sobre temas de sostenibilidad.
Existe un cambio generacional evidente, dirigentes reacios a las nuevas tendencias de gobernabilidad que se enfrentan a mecanismos comerciales que les permiten a los socios minoritarios ejercer mayor presión sobre las gerencias de cada compañía. ¿Cuál es la disponibilidad de los gerentes generales para rendir cuentas por la responsabilidad climática de sus proyectos, empleados y decisiones?
Tercero. Reputación. El activismo puede hacer presencia en todas las esferas corporativas y los criterios de inversión han cambiado. La construcción de prácticas sostenibles puede tener influencia directa sobre movimientos financieros y la evaluación de la gestión corporativa; tan es así que las compañías de revisoría fiscal y calificadoras de riesgo han adoptado nuevos indicadores relacionados con la gestión de los recursos naturales y relacionamiento con comunidades nativas.
Colombia enfrenta en el corto plazo un nuevo boom de los comodities. La minería y la explotación de hidrocarburos son actividades de altísima exposición y queda en el aire una pregunta presente en la mayoría de los accionistas e inversionistas: ¿es posible aumentar las utilidades y al tiempo combatir el calentamiento global?