La Dimayor no sirve para nada y más aún su presidente, Fernando Jaramillo, quien se pronunció al día siguiente de los hechos vandálicos (porque no es otra cosa que eso) que se dieron durante el partido Santa Fe- Nacional en el Campín.
Parecía más un candidato en campaña a un cargo público, que un directivo de la entidad que reglamenta y administra los campeonatos del fútbol profesional colombiano. “Esto tendrá consecuencias graves”, “tenemos que trabajar para alejar a los violentos de los estadios”, “rechazamos lo que sucedió”, decía convencido de sus palabras, pero qué declaraciones tan desafortunadas.
En vez de aprovechar el momento para explicar qué sucedió con la identificación biométrica, la carnetización y pedir explicaciones a las autoridades sobre la revisión de los antecedentes de los hinchas, sale con respuestas tibias para una problemática que está en concubinato con las barras bravas desde hace años, que desaparece por un tiempo y que cuando explota lo hace como sucedió en el Campín, con brutalidad, con sevicia y maldad.
No voy lejos. Un artículo del periodista Thomas Blanco, publicado en El Espectador al día siguiente de esa “noche negra”, cuenta que en dos semanas se han registrado al menos cinco grandes hechos de violencia en los estadios por parte de barristas colombianos y en ese mismo texto deja una pregunta muy válida: ¿qué pasó con la carnetización de estos?
Ya está claro que las barras bravas son eso, bravas, y si bien en su gran mayoría las componen aficionados honestos que aprecian el buen fútbol, también tiene su lado oscuro con delincuentes, vándalos y otros tantos presuntos. Nada más, en la del Nacional resaltó el hecho de que uno de los hinchas y su hermano, que patearon con sevicia la cabeza del hincha del Santa Fe, tienen proceso por homicidio agravado. ¡Qué joyitas!
Por eso es tan válida como vergonzosa la pregunta: ¿qué hacen las autoridades en las entradas de los estadios? Y más aún: ¿Qué sucedió con los 12 mil pesos que 250 mil hinchas del país pagaron por el proceso de carnetización?
Ya van a ver que cuando se dé otro clásico en La Capital con tribunas: habrá Esmad, Fuerza Aérea, militares, la mitad de los policías de Bogotá y, por si acaso, la Armada Nacional. En el siguiente clásico quitarán a uno y así hasta que queden tres policías tomándose selfies. De esa manera regresará la “horrible noche”, el tema de las hinchas-vándalos estará de nuevo en la opinión pública y los de la Dimayor tomando whisky con el dinero de la carnetización.
En vinilo: la canción de hoy es uno de los mayores clásicos del dúo alemán de synthpop disco, Modern Talking: Cheri, Cheri, Lady, de 1985. La canción nace de una burla que uno de los miembros del grupo le hace al otro por los cuidados que le daba a su mascota de nombre Cheri. Esta es la banda alemanda que más discos ha vendido en el mundo, solo por detrás de Scorpions. Curiosamente, es uno de los pocos grupos exitosos de los 80s cuyos sencillos no entraron en las listas de popularidad de Estados Unidos porque nunca apuntaron a ese mercado.
Y recuerden: ¡Amen, rían y bailen!
https://www.youtube.com/watch?v=eNvUS-6PTbs&ab_channel=ModernTalkingVEVO