Por: María Camila Bernal G.

Recientemente, nuestra vicepresidente Marta Lucía Ramírez ha informado que estamos listos y Bogotá será la ciudad delegada para recibir a los cerca de 4.000 afganos que se instalarán en el país durante su proceso de visado estadounidense. Sin embargo, me pregunto si realmente un gobierno como el nuestro está en la capacidad de afrontar una situación de este nivel. 

Iván Duque intercede como la madre Teresa de Calcuta en el marco de la sociedad internacional afligida por distintos conflictos sociopolíticos. En un principio, demostró su gran solidaridad hacia nuestro país vecino, Venezuela. Recordemos que el Director General de Migración Colombia, Juan Francisco Espinosa Palacios, anunció en el mes de abril el compromiso de acoger al Estatuto Temporal de Protección a los cerca de 800 mil migrantes venezolanos registrados hasta el 31 de enero de 2021 en el país. 

Ahora, con la complicada situación que se vive en Afganistán tras la toma de poder por parte de los talibanes, movimiento y organización militar fundamentalista islámica, cientos de familias, en especial mujeres, niños y niñas, están a la deriva ante las amenazas de esta dictadura extremista que gobernó en 1996 hasta 2001, cuando fue derrocado por la invasión de Afganistán liderada por Estados Unidos.

Además de ser el Talibán una amenaza para los derechos humanos de los afganos, debido a su política extremista de la ley islámica Sharia y el alto machismo cultural; los ciudadanos que hayan tenido relación alguna con su país ‘liberador’, Estados Unidos, están bajo la amenaza de muerte. Por lo mismo, este, junto a otras potencias mundiales, ha iniciado planes de evacuación para sus aliados. 

Entre tanto, nuestro gobierno ha decidido participar en la misión humanitaria ofreciendo la bienvenida a cerca de 4.000 afganos que vendrán de manera “transitoria” mientras culminan su proceso de visado para retirarse legalmente a EE.UU. Según la información suministrada a nosotros los colombianos, no hay tiempo fijo para su estadía, estimando que pueden tardar entre tres y seis meses.  No obstante, nos aseguran que no hay de qué preocuparse, pues Estados Unidos asumirá los gastos de hospedaje y alimentación. 

Siendo así, resulta pertinente cuestionar a nuestro gobierno, conociendo que entre su gabinete ministerial perdemos hasta 70 mil millones de pesos y nadie responde por nada, ¿cómo es que estamos listos para recibir a estos refugiados?

En comunicación con la profesional en Ciencia Política, Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Autónoma de Manizales, Luisa Buitrago, me mencionaba que este es un problema político y de estado, haciendo un llamado hacia nuestro Gobierno Nacional para generar, desde ya, políticas y programas que estén dando oportunidades y cuidado tanto a los migrantes, como a los propios colombianos.

“A todas luces es complejo, no se le va a quitar la importancia de que es un acto humanitario y un asunto de talla internacional. Lo puede hacer en su momento pertinente, pero se ha de prever desde nuestra economía y capacidad de generar empleo y satisfacer las propias necesidades colombianas”, afirmó la profesional. 

Sumado a esto, el gobierno no ha trabajado en campañas que puedan prevenir situaciones xenofóbicas, un problema social que viene en incremento en nuestra sociedad a partir de las diversas consecuencias socioeconómicas que vive el país desde la gran acogida a nuestros vecinos venezolanos. “Somos xenofóbos, aun más cuando estamos con ignorancia y con miedo, nuestro impulso es la violencia al sentirnos amenazados y vulnerados”, mencionó Buitrago. 

En conclusión, desde los derechos universales del hombre debemos respaldar la decisión y acoger a estos refugiados. Ese es nuestro papel como ciudadanos. Por su parte, el gobierno debe darse cuenta que no está realmente preparado y tiene el deber de emprender estrategias y planes de mitigación de riesgo tanto para nosotros, como para los afganos. Así mismo, que Duque, como madre Teresa de Calcuta, interceda también por nuestra población que día a día incrementa su índice de pobreza. A este paso, los que tendremos que buscar refugio somos nosotros; los olvidados por el gobierno.

Twitter: @mariabega10