Por: María Paula Ortegón Bastidas
Unirnos en torno a la gastronomía es una de las costumbres preferidas de la mayoría de personas y una tradición, gracias a la cual celebramos, nos conocemos y nos acercamos. Es tal la importancia de los alimentos en la interacción social y sentido de pertenencia por nuestra cultura, que existen platos por los cuales nos sentimos representados como país o región, y pueden traernos los mejores recuerdos en familia y nostalgia de hogar.
Este es el caso de la arepa, uno de los platos más representativos de dos naciones hermanas, Colombia y Venezuela. “Para nosotros, colombianos y venezolanos, la arepa significa un momento de unión familiar, donde hay arepa, hay familia. Disfrutar alrededor de una mesa es una tradición culinaria que queremos exaltar”, Lucas Gómez, Gerente de Fronteras.
Según evidencias antropológicas que datan de hace más de 3.000 años, este alimento tiene un origen ancestral que surgió en los pueblos indígenas precolombinos de ambos países y continuó transmitiéndose de generación en generación, siendo uno de los tantos puntos en común de las dos naciones latinoamericanas que han escrito su historia juntas.
Por varias décadas, millones de colombianos emigraron a Venezuela, constituyendo la mayor población migrante en el país durante los años 1980 y 1990, completando hasta un 83% del total de la población extranjera que residía allí. En la actualidad, han cambiado los papeles debido a la crisis que afronta el país bolivariano, siendo así que 2.7 millones de venezolanos y colombianos han regresado al territorio nacional en los últimos años, vislumbrando una oportunidad de crecimiento socioeconómico entre dos naciones afines que tienen mucho que aportarse. Ya no importa si la arepa es Colombiana o Venezolana, si los atardeceres llaneros más espléndidos están aquí o allá, o si las playas más fascinantes pertenecen a la tricolor o al país de las siete estrellas. Lo cierto es que nos encontramos ante una oportunidad histórica para demostrar que unidos somos más y que tenemos mucho por aprender, compartir y enseñar.
Por lo mismo me parece pertinente exaltar la función de Gerencia de Fronteras, que a través de proyectos busca generar nuevas oportunidades de unión y crecimiento binacional, como lo es el Festival Arepa Fusión, una iniciativa que cuenta con el apoyo del Banco Mundial y el Programa Mundial de Alimentos.
El Festival Arepa Fusión pretende reunir los emprendimientos gastronómicos tradicionales, informales y familiares, en torno a las creaciones culinarias más apetecidas de cada región entre Venezuela y Colombia, y así conocer la mejor versión de arepa fusión en las ciudades de Bogotá, Cúcuta y Medellín. Con embajadores como la actriz y cantante colombiana Adriana Bottina, y el actor venezolano Juan Alfonso, el Gato Baptista, esta es una oportunidad para unir lo mejor de la gastronomía de las dos naciones y promover la integración económica, social y cultural.
Qué bueno poder apoyar este tipo de iniciativas que reconocen la importancia de los emprendimientos, ven oportunidades en medio de las crisis y son una herramienta de fortalecimiento para la economía del país y avance cultural. De esta manera, cada negocio tiene la oportunidad de reactivarse y recuperarse de los inconvenientes causados por la pandemia, y de la mejor manera: ¡con trabajo, esfuerzo y unión!
La invitación es a todos aquellos que deseen participar para que saquemos adelante el reconocimiento que tenemos como colombianos y venezolanos en cuanto a la preparación de las arepas más ricas del mundo. Unámonos como nación y apoyémonos unos a otros. La participación es gratuita para todos y se realiza a través de la página web: www.festivalarepafusion.com. Las recetas quedarán plasmadas en el recetario virtual oficial del #FestivalArepaFusión, que tendrá libre acceso para difusión masiva.
Twitter: @mariapauorte