Por: Libardo Aldana

Es importante mencionar que la pobreza no es sinónimo de no tener las capacidades para elegir la mejor opción. No obstante, el hambre y las necesidades son un condicional que obliga y direcciona a gran parte de la población a usar mal su derecho al voto.  

Para nadie es un secreto que la política se hace con propuestas y dinero, puesto que se necesitan recursos para movilizarse, dar un refrigerio en algunas reuniones y, sobre todo, el tiempo que se invierte en los recorridos genera un desgaste económico. 

Hasta ese punto todo es normal, puesto que las personas que quieren transformar sus territorios están dispuestas asumir este tipo de gastos para que la población escuche sus ideas.

Sin embargo, es importante mencionar que, durante décadas al interior del territorio colombiano, la política ha dejado de ser un trabajo por lo cual se quiera hacer una labor social y se ha convertido en un negocio, que los politiqueros han utilizado para estar en el poder y así tener el control de los contratos que utilizan en beneficio propio.

Con base a lo anterior, estos politiqueros que se benefician netamente a sí mismos, invierten mucho dinero en campañas costosas, en donde regalan ponchos, sombreros, comida, cerveza y grupos musicales, con logísticas que les cuesta más del salario que por ley ganarán si son electos. 

Así bien, estos politiqueros tienen un show montado para el espectáculo que hacen, inauguran obras inconclusas y en mal estado, prometen esta vida y la otra sin propuestas claras según las finanzas del municipio y, lo más grave, es que no priorizan las verdaderas necesidades de sus comunidades y gestionan cosas que no son esenciales, como elefantes blancos que las personas no requieren. Esto con el fin de contratar y sacar las ganancias de lo invertido en las campaña. 

Dado lo anterior, estas situaciones nombradas serian un escándalo en otros países. No obstante, en Colombia es una constante que se repite en muchos municipios, dado que existen familias o clanes que se apoderan de territorios en donde las malas políticas vuelven cada vez más pobres a las personas.

Finalmente, es importante mencionar que cuando las personas son pobres y no hay acceso a educación, no votarán por ideas, o renovación, o mucho menos, por un plan de gobierno, seguramente elegirán una persona que en el corto plazo les cubra el hambre con el mismo dinero que les han robado en la cara durante años. Es por esta razón que los politiqueros prefieren pobres a sus electores, para que dependan de ellos y así los sigan eligiendo a ellos o sus candidatos.  

Twitter . @AldanaLibardo