Si bien yo creo que Gustavo Petro tiene las mayores posibilidades de llegar el próximo año a la Presidencia de Colombia, como nunca antes en su vida, hay un personaje que siempre me ha llamado la atención frente a cómo será su rol por primera vez como candidato presidencial.
Hablo del exalcalde de Barranquilla, Alejandro Char, quien hace unos días confirmó lo que era un secreto a voces: sí aspirará a la Casa de Nariño. Lo hará por firmas, lo que le permite comenzar mucho antes su campaña presidencial.
Char no es un político cualquiera. Si bien tiene la nube negra del escándalo de corrupción de Aida Merlano y, aunque Colombia es hoy un país más consciente frente a ese tipo de temas, esa consciencia aún no está en varias de las regiones del país, en las que un voto sí se compra con dinero. De ahí que Char tenga varias cosas de las que carece Petro.
Primero, pertenece a una dinastía político empresarial, dueña del departamento del Atlántico. Durante dos períodos fue alcalde de Barranquilla, siento el último (2016-2019) el más exitoso de todos, en los que hasta sus propios contrincantes le dan crédito por el cambio positivo que sufrió la Arenosa. Y ni hablar de las encuestas, en las que siempre quedó como el mejor alcalde de Colombia de esos años.
Dos, los Char tienen 382 millones de dólares como fortuna, según Forbes 2018; la “Casa Char” posee negocios que van desde la finca raíz, pasando por medios de comunicación, publicidad y alimentos. Son dueños, entre otros, del equipo de fútbol Junior de Barranquilla, el periódico El Heraldo y los almacenes Olímpica. Solo para hablar de este último, su centro de estructura económica, poseen más de 350 almacenes en 105 municipios de 21 departamentos.
La empresa aparece en el número 14 en el país por ingresos y la segunda en la Región Caribe, solo por detrás de Reficar, según publicó revista Semana hace un par de años.
Tres, aunque Germán Vargas Lleras controle los avales y la estructura de Cambio Radical, los Char tienen prácticamente la mayoría de la bancada, lo que le endosa una buena parte de los votos de sus congresistas.
Cuatro, si bien Petro va ganando en todas las encuestas. En la más reciente del Centro Nacional de Consultoría sacó el 22% de intención de voto frente al segundo que fue Rodolfo Hernández, que marcó apenas el 6%. Eso es solo un medidor de opinión en una época fría de campaña. Muchos de los que fueron medidos con seguridad no estarán en la contienda electoral y Petro ya llegó a un techo: o lo odian o lo quieren, no hay un punto medio, y es un personaje que la opinión pública ya conoce, lo que no le permite tener mucha margen de crecimiento hacia su favorabilidad.
Es más, en la encuesta de Invamer para octubre pasado la imagen desfavorable de Petro marcó 45%, frente a un 40% de favorabilidad, siento la media constate de los últimos dos años. Tema que no le ha sucedido a Alejandro Char reciente porque no ha sido medido, ya que apenas anunció su aspiración.
Aunque al exalcalde de Bogotá no le fue mal en las elecciones del 2018, en Barranquilla sacó 242 mil votos, frente a 191 mil que Iván Duque obtuvo, y su hijo, Nicolás Petro, se llevó 191 mil votos para la Gobernación del Atlántico en las elecciones regionales. Datos que reflejan que el líder de la Colombia Humana aún tiene mucho camino por recorrer para ganar la Presidencia.
De lo que sí es cierto es que nunca antes había estado tan cerca de alcanzarla. Lo que más tiene que cuidar es ese nicho que ya conquistó, sobre todo porque está demostrado que cuando la derecha se une suben a cualquiera a la Casa de Nariño -casos se han visto recientemente- y todavía en Colombia el miedo a Petro es un poco más fuerte que el odio a lo que no sea como él.
En vinilo: esta semana les traigo el más grande hit de Olivia Newton-John, Physical, de 1981. Para muchos la mejor canción de la carrera de la australiana. Cuando se lanzó el video se comenzó a hablar de censura, ya que se ve en él a una sensual Olivia en rol de entrenadora quien se pone en la tarea de ejercitar a todos sus alumnos con algunos kilos de más. Sin embargo, la censura no se llevó a cabo y el video ganó un Grammy en la desaparecida categoría Video del año. Además, la canción ocupa el primer lugar de las 50 canciones más sensuales de todos los tiempos de la Billboard.
Amén, rían y bailen