Por: Sebastián Díaz López (Mr. Trouper) 

Escribo esta columna faltando exactamente una semana para la primera gran jornada electoral en Colombia, la del Congreso de la República. Y esta promete ser histórica porque es la primera vez en años que en realidad el país respira aire de cambio verdadero. 

Ya fue superado el tema del proceso de paz, que politizó los últimos ocho años y que marcó una agenda turbulenta y agresiva en el país, que le sirvió como gasolina al uribismo para convertirse en el más feroz partido de oposición -y en uno de los que más daño le ha hecho al país en términos de verdad, justicia y reparación-. Porque si hay algo que nunca le voy a perdonar a ellos y a su líder es la casi destrucción de la paz y cómo con mentiras y miedo le lavaron la cabeza a millones de colombianos, al buen estilo de la propaganda nazi. 

Y de ellos justo me quiero ocupar. Como en esta vida todo queda saldado, este domingo empieza la debacle que tanto temieron vivir. Dejando por descontando que la gran mayoría de ese partido eran unos don nadie, que -como alguna vez les dijo Claudia López- su tiquete al Congreso les salió en un tamal, la gran noticia será que ellos, los grandes defensores de Álvaro Uribe, los que masificaron sus mentiras, por fin una gran parte de sus integrantes no estarán más en el Congreso. 

Pasarán de ser la primera fuerza política en el Legislativo a un partidito fragmentado por los egos y la mediocridad de sus integrantes. ¡Y bien merecido que sí lo tienen! En mi caso, nunca me ha gustado Álvaro Uribe. Me parece un tipo tenebroso y oscuro, cuyo pasado todos los días le saca cuenta de cobro, y ni hablar de su partido político plagado de lo mismo. 

No niego que fue divertido tenerlos en el Senado y en la Cámara, donde muchos miembros de esa colectiva brillaron más por su inexperiencia y patanería, que por sus propuestas, estructura y seriedad. A muchos los vi de cerca, los leí y seguía sus debates y exposiciones en las comisiones y plenarias, sobre todo durante los tres años que fui jefe de prensa de Armando Benedetti. 

De ahí que con mucha más razón me alegra la noticia de que uribismo en el Congreso empieza a llegar a su fin. Una María Fernanda Cabal, Carlos Felipe Mejía, Paloma Valencia, José Obdulio Gaviria, María del Rosario Guerra brillaron más por sus salidas en falso, escándalos y pasado dudoso que por su agenda legislativa, y ni hablar de la hoy presidente de la Cámara, la gran tramposa y copiadora de tesis, Jennifer Arias. 

Y es que Uribe lo sabe. Sin su respaldo sus ovejas quedarán desprotegidas, y sin ellas, él mismo también, porque nada le ha salido como se lo imaginó hace cuatro años, cuando Iván Duque llegó al poder. Sin presidente actual ni a futuro, y sin su rebaño, el uribismo va llegando a su fin, y el propio Uribe, ya viejo y ahorcado por los escándalos, también, porque lo cierto es su principio del fin empezó cuando llevó a la Presidencia a un inexperto. 

En vinilo: para esta ocasión les traigo el más reciente álbum de estudio de Dua Lipa, Future Nostalgia, y más que hace unos días se presentó en el Madison Square Garden, en New York, y allí la fui a ver. Y lo conecto con la sección de En Vinilo, porque es un trabajo que conecta las canciones favoritas de los 70s, 80s y 90s de esta mega estrella actual que les sirvió de materia de inspiración para su trabajo musical. Los grandes hits de Madonna, Blondie, Kylie Minogue, Gwen Stefani, Daft Punk y otros están plasmado en su disco sin dejar de lado la esencia pop dance que ha marcado la carrera de la artista británica. Por eso, les dejo mi canción favorita de la reina Madonna, Into the Groove, publicada para promocionar la película de 1985 Desperately Seeking Susan en 1985. 

Por: Mr_Trouple