Por: María Paula Ortegón Bastidas
Así como cada uno de los músculos de nuestro cuerpo puede variar su forma, tamaño y aspecto con entrenamientos y rutinas, nuestro cerebro no es la excepción y, contrario a lo que se creía hace algunos años, tiene la capacidad de adaptarse y reestructurarse de manera positiva o negativa según la percepción de la realidad y programación de cada persona.
Resulta que, cada uno de los estados emocionales que experimenta un ser humano afecta la composición de su material genético, crea conexiones con nuevas neuronas, y es capaz de generar otras tantas, a partir de células madre. Esta información, que no tiene más de una década de ser descubierta, ha sido revelada por la ciencia de la epigenética, y, como lo expresa el Dr. Mario Alonso Puig, especialista en psiconeurobiología, se pueden generar alrededor de 500 y 1000 neuronas al día, con el simple hecho de abrir la mente y darle paso a nuevas oportunidades.
Es así como la percepción de la realidad no es más que una construcción cerebral, en la cual se crea un sesgo de atención, donde el cerebro tiene la capacidad de filtrar el lado positivo o negativo de las circunstancias que experimenta, viviendo o en un mundo lleno de amenazas o, por el contrario, en un mundo lleno de oportunidades.
Además, gran parte de las investigaciones del Dr. Puig, autor de éxitos literarios como “Resetea tu mente”, destacan que las emociones generadas a partir de los pensamientos, no solo llevan a crear la realidad que cada persona vive y experimenta; sino que, también son responsables de despertar diferentes genes que se encuentran dormidos, los cuales, si hay una interpretación positiva, pueden fortalecer inteligencia y talentos; o si, por otra parte, hay una interpretación negativa, activarán genes de tipo oncogénico, precursores de enfermedades cancerígenas. Esto debido a la respuesta química que ocasionan los pensamientos y emociones en el organismo.
Neurotransmisores
Afortunadamente, en todo este proceso de plasticidad cerebral y reestructuración de la mente, no estamos solos y contamos con neurotransmisores en el proceso. Los neurotransmisores son los encargados de enviar las señales químicas desde las neuronas hasta los músculos, glándulas y otras neuronas del cuerpo para así dirigir nuestro comportamiento. Por tanto, inciden en el estado de ánimo y ayudan a responder a las situaciones de manera acorde a preservar nuestra existencia.
Todos los neurotransmisores son necesarios y aunque existen más de 40 en nuestro sistema nervioso, algunos de los aliados en lo que a neuroplasticidad se refiere son: serotonina, betaendorfinas, oxitocina y dopamina; los cuales se pueden estimular practicando algunas actividades a diario y llevando a cabo una rutina de bienestar, que conoceremos en la próxima columna.
Instagram: @mariapauorte