Por: Alejandro Linares 

De la brecha digital a la gobernanza y democratización Digital.

El nuevo gobierno tiene múltiples retos en materia de inclusión, economía, ambiente,  paz, y justicia, pero el uso democrático de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación TIC jugará un papel clave para estar a la vanguardia global y permitir que internet y tecnología se pongan al servicio de la ciudadanía.

Más allá de las muy lamentables perdidas humanas, el incremento del desempleo y la pobreza que dejó el paso de la reciente pandemia del covid-19, también reveló varias desigualdades que inicialmente no eran tan visibles en Colombia, hoy me referiré a una de ellas relacionada con la imposibilidad de acceder a internet en un mundo donde estar conectado es cada vez más indispensable. Es precisamente a esta precariedad a la que llamamos brecha digital.

En pandemia el estudio y trabajo virtual fueron la estrategia para aislar a las personas y protegerse del covid, pero no nos hemos preguntado ¿cuántos niños estudiantes no cuentan con computador o equipo tecnológico para sus clases, o cuántas familias no acceden a internet porque en su área geográfica no hay conectividad o porque simplemente no tienen como pagar una factura?

Democratizar internet resulta una tarea esencial si se quiere mitigar la pobreza y en este caso la desigualdad o brecha digital en Colombia requiere de una apuesta masiva desde el Estado Nacional y territorial para mínimo (i) dar cobertura en conectividad (ii) dotar de equipos de computo o tabletas (iii) ampliar la capacitación en herramientas informáticas a profesores, padres y alumnos.

Conectividad: Reto Uno El diagnóstico en conectividad nos muestra que en Colombia solo el 60,5 % de los hogares tienen acceso a internet, mientras que en zonas rurales y pequeños centros poblados la cobertura es de solo el 28,8 %.  Según la encuesta DANE  ENTIC HOGARES (2021) son 6’555.336 los hogares que en el país no están conectados a este servicio.

En Bogotá, el 81 % de hogares tienen conectividad, el restante (19 %) obedece más a situaciones de pobreza relacionadas con incapacidad de pago del servicio o de incapacidad de adquirir computador. Entre tanto, departamentos cercanos a la capital del país tampoco se escapan a la abrumadora desigualdad en conectividad. En el  Huila, 50 % de los hogares no tienen internet, en el Meta y Tolima 33 % de los hogares presentan este rezago y en Boyacá aun faltaría el 36 % de las familias por este servicio; lo que muestra además, para este caso de los departamentos de la RAPE, que internet llega más fácilmente a las capitales con todo y sus propias inequidades. Putumayo, Guajira, Chocó y los antiguos territorios nacionales tienen las peores tasas de cobertura faltándoles entre el 70 % y 90 % de los hogares por conectar.

Resulta evidente que es más alta la conectividad en las grandes urbes que en las regiones y en zonas rurales donde los estudiantes tienen total limitación para este servicio esencial; una brecha que debe orientar el esfuerzo estatal para ampliar la cobertura, ya sea mediante fibra óptica o mediante antenas que permitan acceder a internet, sin ser este un privilegio solo de las ciudades, sino que los campesinos también puedan estar a la vanguardia. Se supo de esfuerzos que permitieron zonas wifi en los parques principales de los pueblos y unos pocos colegios, pero la realidad de hoy exige una cobertura general casa a casa.

Aquí vemos cómo, por ejemplo, en Cundinamarca, el 60,8 % de los hogares acceden a internet; sin embargo, del 39,2 % no cuentan con internet, más de la mitad. Tampoco cuentan con un computador y 200.000 hogares sin este bien se ubican en el sector rural, lo que ratifica la existencia de la brecha digital entre campo y ciudad en esta región en particular. (DANE ENTIC 2021)

Es necesario, entonces, un llamado al nuevo gobierno y la sociedad en su conjunto para dar prioridad a la solución de la brecha digital y no ver más que los niños tengan que trepar arboles para buscar señal o simplemente restringirse de sus estudios por no tener a su mano las herramientas necesarias.

Equipos: Reto Dos Como advertimos inicialmente, la brecha no solo es de conectividad sino en la carencia de al menos un computador o tablet por hogar para realizar las clases y actividades. En 2021, el porcentaje de hogares que poseían computador de escritorio, portátil o tablet fue de 37,9 % a nivel nacional, presentándose en las cabeceras una proporción más alta con el 46,3 %, mientras que en los centros poblados y rural la proporción fue de 9,7 %. (DANE ENTIC 2021) Invertir en la dotación de computadores o tablets para las familias más vulnerables resulta una imperiosa necesidad trasversal.

Capacitación: Reto tres De las personas que no usan computador en el país, el 31 % se motiva en que no saben usarlo, según encuesta ENTIC 2021. La alfabetización digital debe masificarse, democratizarse y llegar a cada rincón de Colombia. Articular los ministerios encargados de la educación y las TIC otorgará la hoja de ruta para lograr eficientemente la educación masiva en lo digital.

Gobernanza digital: reto cuatro Además de la apuesta por poner nuestro propio satélite en el espacio, de innovar, de implementar inteligencia artificial, es necesario modernizar la manera de administrar permeando todas las relaciones intergubernamentales con la tendencia y vanguardia de las TICS, buscando que las herramientas  tecnológicas integren el sector privado con los ciudadanos y con el estado para agilizar no solo los trámites sino la vida misma, para poner internet y tecnología al servicio ciudadano.

Democracia digital: reto cinco En ese sentido, la necesidad de los gobiernos de involucrar cada vez más a los ciudadanos en la construcción de políticas públicas y de utilizar herramientas tecnológicas que se lo permitan, nos debe llevar a promover la participación ciudadana mediante el uso de TIC a realizar presupuestos participativos en línea, al control social interactivo de los recursos públicos y, finalmente, en cuanto la confianza ciudadana lo permita, insertarnos en el voto electrónico que masifique la participación real y directa en la democracia.

Internet se convertirá así en un espacio público virtual que permite el ejercicio de una ciudadanía más activa, visible y deliberativa. En resumen, reconciliar el país, garantizando estabilidad económica y democrática, pasa por reconocer la existencia de desigualdades que la ciudadanía demanda resolver, una de ellas tiene que ver con la necesidad de acceder a internet.  Por ende, es inminente necesidad de romper la brecha digital y aprovechar los beneficios de este mundo virtual para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.

Twitter: @linaresalj