Por lo general, es común cuestionarnos cuando hablamos de nuestras ciudades, y de hecho este ejercicio no está del todo mal, es válido y además representa el soporte para identificar en lo que no vamos bien y, en consecuencia, trabajar en ello y mejorar.
Pero además del cuestionamiento, en ocasiones se nos olvida hablar del reconocimiento, y por eso, en esta oportunidad quisiera hablar de la ciudad que hoy es Bucaramanga. Lo primero que hay que reconocer es que actualmente tiene la tasa de desempleo más baja de Colombia (8.9 %), una cifra récord que se mantuvo en un solo dígito durante el 2022.
Lo segundo que hay que decir, es que hoy Bucaramanga ocupa el puesto número 3 en el ranking de ciudades inteligentes de Colombia de acuerdo a MinTic. Teniendo en cuenta que la medición anterior estaba en el puesto 17, demuestra que la ciudad subió 14 puestos en un año. Y es que hoy casi el 80 % de la ciudad tiene conexión WIFI y adicional a esto, ha mejorado su cifra de más niños por computador, pasando de 11 niños a 4 por computador. El reto es seguir disminuyendo este indicador.
Lo tercero y no menos importante son las cifras en materia de seguridad. En 2022 Bucaramanga reportó una reducción del homicidio del 15 % – 10 puntos mejor que la media nacional- , así como en lesiones personales y riñas, y, claro, el hurto, como en todo el país, presentó un incremento que hoy se está combatiendo. Recientemente se adquirieron por parte de la Alcaldía más de 50 motos para conformar el escuadrón antihurto, dedicado a impactar a la bandas dedicadas a este delito. Y no está demás decir que, hoy en Bucaramanga y su Área Metropolitana se desmantela una banda cada semana y hay una captura cada hora y media.
¿Y en finanzas públicas? Se sanearon. La administración actual recibió una ciudad desfinanciada y hoy la puede entregar en superávit, con bajo porcentaje de deuda y con calificación AAA + según FITCH RAITINGS. Y al lograr que la ciudadanía creyera en que con el pago de los impuestos se están haciendo las 700 obras que hoy la ciudad tiene y tendrá en marcha, se logró volver a ser una ciudad categoría especial, esto se traduce en mayor inversión, más obras y más bienestar.
Lo anterior se suma a la lucha contra la corrupción en la administración pública. Hablemos de un hecho diciente. Hoy Bucaramanga tiene más de 80 proponentes por licitación, donde el 87 % quedan habilitados y compiten por brindarle a la ciudad su mejor servicio, mientras la administración genera transparencia en los procesos.
Y en temas de cultura tampoco se queda atrás. Se le devolvió la feria a la ciudad, teniendo más de un millón de asistentes y 20 millones de dólares en ingresos, pero además tenemos la compra del teatro coliseo Peralta, un icono de la ciudad. También en inversión social se puso en marcha el proyecto CASA BUHO, hogar donde hoy se atienden a centenares de niños en condición de vulnerabilidad y, con el incremento en más del 50 % de los ingresos tributarios en los dos últimos años se continuará garantizando la inversión de este tipo para la próxima década de la ciudad.
En protección del agua, hoy se están sembrando cientos de frailejones en Santurbán haciendo de Bucaramanga pionera y sede central de la cumbre mundial de páramos, y en educación becando a más de 2.000 jóvenes, además de la inversión histórica en infraestructura escolar, donde se ha invertido en más de 47 instituciones educativas, y el PAE garantizado hasta 2024 para los niños de Bucaramanga.
En temas de salud, con el programa ‘Inicios Felices’, donde más de 2.164 mujeres gestantes y sus hijos están recibiendo atención por parte de la alcaldía con programas psicosociales y de salud, se ha reducido la morbimortalidad materna y neonatal, apostándole a los primeros mil días de la formación de los niños, buscando generar un mejor futuro a las nuevas generaciones de la ciudad.
Sin embargo, hay que decirlo, aunque no podemos perder de vista todo lo que hasta hoy se ha logrado con esfuerzo por la ciudad, como el dejar de darle la espalda y volver a mirar hacia la zona rural, no todo es color de rosa. Siguen existiendo grandes retos para atender el llamado de la ciudadanía, la tarea continúa y una importante reflexión es recordar que los mandatarios pasan, pero las ciudades son las que quedan y, por eso, el objetivo debe ser el mismo: lograr que a Bucaramanga le vaya bien, para que a todos nos vaya bien.