Por: Nicolás Vega

Las implicaciones económicas de la reforma laboral propuesta por el Gobierno de Gustavo Petro son especialmente problemáticas por el momento de incertidumbre económica que se atraviesa nivel nacional e internacional.

Si bien es cierto que el país lleva bastante tiempo aplazando la estructuración de un nuevo marco legal que recoja los grandes avances que se han tenido a lo largo de los últimos 15 años en materia laboral, las condiciones actuales de la economía son más adversas que en otros años, lo cual no hace recomendable ni conveniente una reforma laboral en este momento.

Existe incertidumbre acerca de cuál será el desempeño económico mundial, teniendo en cuenta que, entre otros factores, E.E.U.U continúa elevando las tasas de interés; las instituciones financieras en Europa se han visto gravemente afectadas por la guerra entre Rusia y Ucrania y la desaceleración de China; lo cual tendrá un impacto en mayor o menor escala en Colombia. 

En ese contexto, tres puntos son los que en esencia hacen inconveniente la reforma laboral, dado el impacto económico que le generan a las empresas del país.

El primer punto a tener en cuenta, es el aumento de los costos laborales. En Colombia, la generación de empleo está centrada en las pequeñas y medianas empresas (PYMES), ya que estas generan el 78 % del empleo. No obstante, serán las más afectadas por la propuesta de reforma. De acuerdo con un estudio realizado por FENALCO (Federación Nacional de Comerciantes), de aprobarse tal y como está presentado el proyecto de Ley, entre un 12 y 30 % aumentarán los costos para las empresas. Esto teniendo en cuenta que el artículo 18 de la propuesta aumenta el recargo dominical del 75 al 100 por ciento, y el artículo 20 disminuye la jornada máxima legal de 48 a 42 horas, sin tener en cuenta que la Ley 2101 de 2021 ya había establecido una reducción gradual hasta las 42 horas para el 2026.

El segundo punto a tener en cuenta, es que, si bien es necesario replantear unas mejores condiciones laborales para los trabajadores, el incremento de costos tal y como está planteado hoy en el proyecto producirá necesariamente un efecto contrario. Es decir, generar aún mayor desempleo. Lo anterior, debido a que, para los empresarios y su estructura de costos, mantener el mismo número de trabajadores con mayores cargas económicas, no será rentable. Por el contrario, para mantener los ingresos será necesario despedir trabajadores.

El tercer punto relevante para este análisis, tiene que ver con la concepción del problema: en Colombia, la informalidad es el mayor problema de los trabajadores, no el desempleo. Si bien esta propuesta de reforma laboral tiene como propósito mejorar las condiciones laborales de muchos de los empleados, realmente no es el camino. La informalidad en el país se encuentra en el 57.9%, y el desempleo 13.7%. Sin embargo, la reforma no sólo no propone una solución a estas dos dificultades, sino que podría aumentar la informalidad, ya que, al aumentar los costos de contratación, no genera incentivos necesarios para formalizar a los trabajadores informales.

Por estas razones, desde el punto de vista económico, considero que la reforma laboral presentada por el gobierno es inconveniente dadas las condiciones que genera para las empresas, y los costos que trae consigo para abordar una solución que realmente en su propuesta no logra. Generarle mayores cargas económicas a las PYMES, sobre las cuales se soporta el 78 % de la economía formal, generará una crisis laboral en el país sin precedentes.

Twitter: @nicolas90vega