De niño jamás asistí a una fiesta de disfraces en la época de Halloween. Como ya conté anteriormente, mi papá en medio de su inmenso amor, pero corto presupuesto, me graduó de payaso durante casi diez años seguidos.
Pienso que en la actualidad el adulto disfruta más la fiesta del 31 de octubre que el propio niño que pide dulces. Basta ver los carteles que anuncian las discotecas más prestigiosas de la ciudad para ver todo el comercio que hay montado alrededor del tema. En sitios como Andrés Carne de Res en Chía o Theatrón, la rumba ese día es buenísima y dan muy buenos premios a los mejores disfraces. Por eso mismo es que la gente le invierte tanto dinero al tema cada año.
Y yo obviamente, que no le tengo miedo al ridículo no me podía quedar atrás. Cuando por fin tuve la oportunidad de ir a una fiesta de Halloween, en el 2010, ya tenía claro de qué me quería disfrazar. La culpa es de la ‘perubólica’ (televisión por cable más barata o pirateada del vecino) que muchos de nosotros tuvimos en nuestras casas cuando éramos niños.
En la parrilla de canales existía uno mexicano llamado El canal de las estrellas y allí transmitían la lucha libre, que en ese país es muy popular, y casi que le compite al fútbol.
Aunque el luchador más famoso de todos los tiempos es ‘El Santo’, (quien tuvo películas, comics y vendió cualquier cantidad de máscaras entre sus seguidores), a mí no me correspondió esa época. Mi luchador favorito se llama ‘Místico’, ese mismo que sale en un video de la agrupación musical La quinta estación. Yo de cualquier forma me tenía que conseguir la pinta exacta de él para poder ir a azotar baldosa ese 31. Entonces empecé a averiguar por Mercado Libre para ver si me la mandaban directamente desde México, pero me salía por un ojo de la cara.
Cuando ya había perdido las esperanzas y me disponía a pagar la gana, me encontré en la web con el señor Fabián Anzola, propietario de «equipos de lucha libre» y no se imaginan las máscaras que hace este señor. Entonces como a mí me gusta echar rulo me senté con él para que me contara su historia y este fue el resultado de esa conversación:
En los años 60 los luchadores peleaban con máscaras de cuero, esto obviamente era muy incómodo para ellos puesto que después de terminar las luchas quedaban con la cara quemada.
Su papá, Humberto Anzola, quien hacía máscaras para los luchadores en Colombia, vio la necesidad de cambiar el material por lo que empezó a sacar un molde en tela para que fuera más cómodo y práctico. En aquel tiempo los materiales eran satinados, en pana o terlenka. Luego, poco a poco, fue mejorando el molde hasta quedar perfecto a la cabeza. Él fue el único fabricante durante muchísimos años, convirtiéndose en el costurero de confianza de los principales luchadores criollos como al Rayo de Plata, Henry London, etc.
El negocio lo heredó Fabián hace 20 años aproximadamente, pues desde muy niño empezó a ver a su padre trabajando, cortando, sacando moldes y diseños mientras él ayudaba con lo básico ( poner cordones y quitar hebras). Ya a los 10 años estaba sentado frente a la máquina y aunque obviamente las costuras no eran perfectas, la práctica se fue perfeccionando tanto que a los 12 años ya pudo fabricar su primera máscara profesional.
Ha enviado máscaras a países como España, Noruega, Italia, Uruguay, Panamá, Ecuador y Chile. También tiene clientes en otras ciudades que son coleccionistas y señalan que con lo que mandan a traer una máscara del D.F., le compran tres a él y con la misma o mayor calidad. El valor de una máscara profesional puede variar entre 70 y 120 mil pesos, dependiendo los materiales y el diseño.
Desde hace 5 años su vinculación a la lucha ha sido mayor, ya que es promotor de este tipo eventos. Entre los que ha hecho están una temporada de lucha en el teatro Metropol, la premier de la película ‘El luchador’, un Halloween en Andrés Carne de Res, el lanzamiento de la serie ‘Espartacus’, la Feria de Manizales 2012 y el Festival Iberoamericano de teatro 2012, entre otros.
En televisión ha sido contratado en Mujeres al límite (CARACOL), Pobres rico (RCN), Colombia Next Top Models (CARACOL), Cumbia Ninja (FOX) y El capo 3 (RCN).
Actualmente, exhibe sus productos los domingos en el mercado de pulgas de San Alejo (centro), en el puesto 97, donde acuden los aficionados a la lucha libre, coleccionistas y todo tipo de personas que encuentran en Fabián un microempresario emprendedor, talentoso y perfeccionista.
Yo lo visité de nuevo hace poco para encomendarle una nueva tarea que me puso mi hijo. Quería la máscara que utiliza el muchacho que es la voz líder del grupo de rock Slipknot y él gustoso aceptó el reto.
Para los que los quieran contactar, lo encuentran en el facebook EQUIPOS DE LUCHA donde hay fotos de las máscaras y de los eventos.