Nuestra historia cargada de eventos desafortunados de violencia ha tallado en el alma de los colombianos un cierto pesimismo en torno a la construcción de paz. No de la Paz como fin del conflicto armado; no como la Paz que negocia con grupos armados; no como la Paz que se preocupa por las víctimas, los desmovilizados, los desterrados, los desplazados y ahora los militares. No. Esa Paz es entendida como una responsabilidad del Gobierno de turno y está en las políticas de Estado o al menos eso pretende. Hablamos de la construcción de paz. Esa que va en minúscula y frente a la cual nadie se siente responsable.
Una lógica macondiana nos hace creer que será un problema de después del conflicto. Que no vale la pena empezar hoy sin estar seguros que se firme la paz con las Farc. Al fin y al cabo de qué nos serviría ser una sociedad de paz si aún hay conflicto armado, suele pensar una mayoría importante de nuestra Colombia. Pero ahí está la equivocación. Debemos empezar por construir nuestra sociedad civil de paz, debemos convertirnos en seres de paz, debemos reflejar en nuestro comportamiento actitudes de paz, debemos educar a nuestros hijos con ejemplos de paz. Debemos declarar Paz a la Paz e iniciar la construcción de una Colombia capaz de pensar paz, jugar paz, hacer paz, sentir paz, hablar paz, llorar paz. Esa Colombia que nos merecemos los que hoy estamos acá no sólo la Colombia de nuestros nietos. ¿Por qué esperar?
La construcción de un país en paz es responsabilidad de todos y debemos empezar desde hoy. Podemos empezar por lo simple, lo cotidiano. Por esos detalles que parecieran no importar. En acciones podemos empezar por saludar en las mañanas, despedirnos en la tarde, reconocer lo bueno de la gente, sonreír al sol, dar paso en el transporte público, cumplir las promesas, acariciar a la familia, o abrazar a la gente. También podemos proponernos a eliminar de nuestro lenguaje aquellas palabras que aluden a la violencia. «Te voy robar», «mentiras yo quise decir», «te voy a matar», «como un tiro», «a prueba de bala», «le disparamos a…».
La paz se construye con acciones cotidianas ….. empecemos de una vez por todas.
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