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CAPÍTULO CXLI
En las MESAS de los DIALOGANTES , siempre se suman verdaderos personajes MULTIFACÉTICOS con todo tipo de PERSONALIDADES y PUNTOS de VISTA que nos aportan esa UNIDAD que debe no necesariamente ser UNIFORME…HOY es la PLUMA del DECANO de la FACULTAD de CIENCIAS POLÍTICAS & RELACIONES INTERNACIONALES de la UNIVERSIDAD JAVERIANA el PADRE LUIS FERNANDO MÚNERA SJ quien en estos APORTES nos brinda verdaderas LECCIONES de VIDA…mente ESCRITAS…
AQUÍ le dejamos para que LEA y nos cuenta…
“Cuidar a los ABUELITOS…
Una de las medidas más controvertidas que se han tomado en los últimos días tiene que ver con la prohibición de movilidad de los adultos mayores, en aras de proteger la salud. En las sociedades los adultos mayores son el gran patrimonio de sabiduría, su experiencia es la que permite a las generaciones posteriores asumir y recrear la cultura. La experiencia y sabiduría de los mayores son, además, la guía de orientación del comportamiento de las nuevas generaciones.
La pandemia del Covid 19 nos ha puesto a reflexionar sobre lo que somos, sobre los valores que marcan nuestra identidad. En un sentido muy básico creo que somos liberales a partir de la convicción profunda de la dignidad de cada persona humana. Este valor básico creemos que es un valor universal, así otras culturas no lo comprendan.
Este término de dignidad humana es un término al que tenemos que darle contenido. Por un lado, sabemos que todas las personas tenemos igual dignidad, la dignidad no se divide, todos la poseemos en grado máximo únicamente por el hecho de ser humanos. De esta afirmación moral se derivan los derechos humanos.
La dignidad humana se expresa en aquello que nos hace iguales: todos los seres humanos tenemos la capacidad de construir un proyecto de vida buena y de seguirlo. Además, tenemos la intuición de la justicia que nos permite actuar con reciprocidad y buscar el bien común.
Este ejercicio de nuestros poderes morales es lo que nos hace libres. Por ello, todos los seres humanos merecemos respeto hacia aquello que vemos en consciencia como el bien que perseguimos, siempre y cuando no atentemos contra el bien común.
La humanidad ha dado grandes luchas por la libertad y por la igualdad. Son muchos siglos y muchas personas que han ofrendado su vida por estos valores. La pandemia del Covid-19 está poniendo en tensión derechos fundamentales de los ciudadanos. Tenemos que preguntarnos, ¿hasta dónde deben ir los regímenes democráticos en la restricción de los derechos de los ciudadanos en aras de cuidar la salud pública?
El Estado tiene el deber de proporcionar un sistema de salud que permita a todos los ciudadanos gozar de un bienestar adecuado y llevar su vida hasta un término razonable. Para eso los ciudadanos contribuyen con sus impuestos porque lo consideramos uno de los elementos básicos del bien común. De otro lado, la salud como bien público implica reglas y restricciones, eso lo sabemos todos.
Pero no podemos sacrificar los derechos fundamentales de los ciudadanos, movidos por el miedo y permitir que el Estado llegue a controlar hasta los últimos confines de nuestra vida privada.
Tenemos que confiar en los ciudadanos, en especial en los sabios y mayores. Con información adecuada las personas son capaces de cuidarse y tomar las medidas adecuadas para actuar con prudencia. Encerrar a los mayores, impedirles salir, incluso a caminar por las calles, es un atentado a sus derechos y a su dignidad. Los ciudadanos tienen derecho a la salud, como lo ejercen y viven depende de sus opciones personales, siempre y cuando no pongan en peligro a los demás.
¿Va a determinar el Estado qué comemos, si hacemos o no ejercicio para controlar nuestra presión arterial?, ¿pediremos que policías persigan a los ciudadanos que toman licor, o fuman un cigarrillo? Los valores liberales implican que los ciudadanos sean tolerantes con los estilos y modos de vida de los otros, hay opciones que se dejan al ámbito privado y a la consciencia.
En China, a través de control de la ubicación de los teléfonos móviles, de cámaras con reconocimiento facial, de drones, se ha logrado controlar la movilidad de la población. Parecería eficaz, pero ¿hasta dónde llegan los derechos de los ciudadanos y la vigilancia de los Estados?, ¿tenemos que ceder a la tentación autoritaria y dejar que el Estado, bajo el argumento de la salud, vigile y controle todos nuestros movimientos e intervenga en toda nuestra vida?, ¿queremos un estado que sea un “gran hermano”?
No se trata por supuesto de ser imprudentes y exponer a riesgos desmesurados a las personas, pero tenemos que respetar a nuestros adultos mayores, y dejarles el derecho a cuidarse por ellos mismos, a autoregularse y cuidarse como cada quien lo considere. No hagamos que una de las víctimas de esta pandemia sea la democracia, por la que tanto hemos luchado y seguiremos luchando por muchos años más.“
En un MOMENTO tan ESPECIAL como este es muy FÁCIL herir la susceptibilidad de las GENTES, con lo cual INVITAMOS de LADO y LADO de los que opinan a FAVOR y en CONTRA…a considerar todas las VARIABLES y llegar acPUNTOS de ENCUENTRO…al FIN y al cabo OJALÁ cada uno de NOSOTROS pueda llegar a ser un GERONTE digno hasta el FINAL de nuestros DÍAS…
Recapacite y síganos aquí o en…
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LOS DIALOGANTES DE HOY
Padre LUIS FERNANDO MUNERA SJ.
ALEJANDRO LOPEZ CONDE A.
FOTOS : CAROLINA SANCHEZ MONTEALEGRE
Y NO SE OLVIDE QUE LO MAS IMPORTANTE PARA EL MOMENTO ACTUAL ES…
NO COMO PILATOS..! CON JABÓN…