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CAPÍTULO CCXI
Cuando tenemos nuestra TERTULIAS en las que el CAFÉ siempre está presente, aparece por CARÁCTER transitivo; la SONRISA, que es ni MÁS ni MENOS que la COMPAÑERA ideal del HUMOR…
Ese que ha acompañado a S.S el PAPA FRANCISCO, desde aquel 13 de MARZO del 2013 y de la que damos FÉ no ocurría en su DÍA a DÍA antes del inicio de su PONTIFICADO…
Ese GESTO que implica mucho más que solamente extender la comisura de los LABIOS…como nos lo APORTA el PADRE MARCO BAYAS de RADIO MARÍA de QUITO, ECUADOR…con algunas de estas definiciónes…
“EL VALOR DE LA SONRISA.
Proverbios 15,13: “El corazón gozoso alegra el rostro, pero en la tristeza del corazón se quebranta el espíritu”.
¿Alguna vez nos hemos puesto a pensar el inmenso valor que tiene una sonrisa?
Sonreír es casi un acto de magia. Quien sonríe se siente mejor, se ve más lindo, aleja de él toda sombra y quien recibe esa sonrisa siente la misma sensación de bienestar.
Sonreír es dar y recibir amor, alegría, aprobación, cariño, comprensión…
Una sonrisa es una perfecta carta de presentación.
Una bonita sonrisa transmite mucho más que 10.000 palabras.
Mostrar una sonrisa refleja paz, placer, diversión, tranquilidad y seguridad.
No cuesta nada, pero crea mucho.
Enriquece a quienes la reciben, sin empobrecer a quienes la dan.
Ocurre en un abrir y cerrar de ojos, y su recuerdo dura, a veces, para siempre.
Nadie es tan rico que pueda pasarse sin ella, y nadie es tan pobre que no pueda enriquecerse por sus beneficios.
Crea la felicidad en el hogar, alienta la buena voluntad en los negocios y es la contraseña de los amigos.
Es descanso para los fatigados, luz para los decepcionados, sol para los tristes, y el mejor antídoto contra las preocupaciones.
Pero no puede ser comprada, pedida prestada o robada, porque es algo que no rinde beneficios a nadie, a menos que sea brindada espontánea y gratuitamente.
Brinda tu sonrisa, sobre todo, a aquellos que nunca ríen.
Sonreír es como tu tarjeta de invitación, cuando sonríes estás diciendo a los demás: “no soy peligroso”.
Porque nadie necesita tanto una sonrisa como aquel a quien ya no le queda ninguna que dar.
Y no olvidemos la bella promesa del Salmo 126,5: “Los que siembran con lágrimas, segarán con gritos de júbilo”.”
Hay algo más que decir después de estas LÍNEAS…
Para MUESTRA…
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