CAPITULO CCLXV. ”La PRIMAVERA llega a SAN PEDRO… en el VATICANO…

Cada año, en Pascua, la Plaza de San Pedro se transforma en un «pedacito de Holanda»: flores de todas partes del país colorean los pasos de la nación más pequeña del mundo.

Una tradición de casi 4 décadas

Todo empezó en 1985 con la beatificación de un sacerdote holandés, Titus Brandsma. En aquella celebración, los floristas holandeses decoraron la Plaza en honor de sus compatriotas. Al año siguiente, 1986, se les invitó a decorar la Plaza para la Pascua. Y ahora, se ha convertido en una tradición anual.

Un hombre ha participado desde el principio en esta tradición, que ahora se ha convertido en un sentimiento de orgullo nacional. El Dr. Charles Lansdorp recuerda aquella primera Pascua en la que el Papa San Juan Pablo II agradeció a los holandeses sus flores en su lengua materna. Dice que se convirtió en un lema nacional. «En Holanda, si dices gracias por las flores, todo el mundo sabe de qué estás hablando».

El Dr. Lansdorp afirma que esta colaboración entre el Vaticano y los floristas holandeses «es el proyecto más largo» de la industria floral en los Países Bajos. Dice que, cada año, esta cooperación «trae la primavera a Roma», ya que miles de flores se colocan frente a la Basílica de San Pedro.

«Llevar la primavera» a Roma lleva su tiempo

Para preparar las flores y los adornos de Pascua, los jardineros del Vaticano y los floristas holandeses trabajan juntos. Los voluntarios empiezan a armar todo el Jueves Santo recogiendo, arreglando y colocando las flores. El sábado por la mañana, el mundo entero asiste al montaje de los elementos florales.

A lo largo de dos días, unas 10.000 flores procedentes de diversos países son transportadas desde los Países Bajos hasta la Ciudad del Vaticano. En este tiempo, los escalones que conducen a la Basílica de San Pedro se transforman mientras «es casi como si trajéramos la primavera a Roma».

A lo largo de dos días, unas 10.000 flores procedentes de diversas partes de los países son llevadas desde los Países Bajos hasta la Ciudad del Vaticano.

Este año, en honor del Jubileo de la Esperanza, hay un arreglo especial. «Tendremos los colores del logotipo de los peregrinos del Año Santo», explica el Dr. Lansdorp.

Tulipanes, bulbos, rosas y plantas en abundancia

Para el Dr. Lansdorp, no es de extrañar que las flores de Pascua sean un motivo de orgullo para los Países Bajos. Afirma que esta actividad tiene quizá la mayor visibilidad de la industria holandesa en todo el mundo. «Es única porque tenemos las flores cortadas, los bulbos, las plantas», describe. «Es realmente Holanda presentándose como industria floral».