Nos AMÒ. La IMPORTANCIA del CORAZÓN.De la ENCÍCLICA del PAPA FRANCISCO “ DILEXIT NOS “.
De la ENCÍCLICA del PAPA FRANCISCO
“ DILEXIT NOS “
“1.«Nos amó», dice san Pablo refiriéndose a
Cristo (Rm 8,37), para ayudarnos a descubrir quede ese amor nada «podrá separarnos» (Rm 8,39).
Pablo lo afirmaba con certeza porque Cristo mismo lo había asegurado a sus discípulos: «
los he amado» (Jn 15,9.12). También nos dijo: «los llamo amigos» (Jn 15,15). Su corazón abierto nos precede y nos espera sin condiciones, sin exigir un requisito previo para poder amarnos y proponernos su amistad: «nos amó primero» (1 Jn4,10). Gracias a Jesús «nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído » en
ese amor (1 Jn 4,16).
I.
LA IMPORTANCIA DEL CORAZÓN
2. Para expresar el amor de Jesucristo suele
usarse el símbolo del corazón. Algunos se pre-
guntan si hoy tiene un significado válido. Pero
cuando nos asalta la tentación de navegar por
la superficie, de vivir corriendo sin saber final-
mente para qué, de convertirnos en consumistas insaciables y esclavizados por los engranajes de un mercado al cual no le interesa el sentido de nuestra existencia, necesitamos recuperar la importancia del corazón.
¿Qué expresamos cuando decimos “corazón”?
3. En el griego clásico profano el término kardia significa lo más interior de seres humanos,animales y plantas. En Homero indica no sólo el centro corporal, sino también el centro anímico y espiritual del ser humano. En la Ilíada, el pensar y el sentir son del corazón y están muy próximos entre sí.Allí el corazón aparece como centro del querer y como lugar en que se fraguan las decisiones importantes de la persona.En Platón el corazón adquiere una función en cierto modo“sintetizadora” de lo racional y lo tendencial decada uno, pues tanto el mandato de las facultades superiores como las pasiones se transmiten a través de las venas que confluyen en el corazón. Así advertimos desde la antigüedad la importancia de considerar al ser humano no comouna suma de distintas capacidades sino como unmundo anímico corpóreo con un centro unificador que otorga a todo lo que vive la persona el trasfondo de un sentido y una orientación.”
Buena parte de las reflexiones de este primer capítulo
se han dejado inspirar por escritos inéditos del sacerdote Diego Fares, S.I., que el Señor lo tenga en su santa gloria.
Cf. Homero, Ilíada, 21, 441.
Cualquier parecido con la REALIDAD es mera COINCIDENCIA…
PÒNGALE la FIRMA..!
Aún se recuerda el VERSO inspirador recitado otrora en NACIONES UNIDAS…
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