El auge de las neurociencias en el contexto mundial le ha permitido al ser humano resolver algunos de los tantos problemas relacionados con el sistema nervioso central y el cerebro. Hay que resaltar que sus aportes trascienden más allá de la medicina para contribuir a otras esferas del conocimiento científico, tales como analizar el comportamiento y la conducta de los individuos en el proceso del aprendizaje, en el caso particular el escolar. Pues, no hay que olvidar que el cerebro humano ha evolucionado para educar y ser educado, no obstante, la forma instintiva y sin esfuerzo con las cuales se han realizado estos eventos.

El estudio y análisis del cerebro durante los procesos cognitivos podrían servir en gran medida para ahondar un poco más en las actividades pedagógicas escolares de una manera más humana, permitiendo vislumbrar soluciones precisas tanto a los trastornos del desarrollo cognitivo como a las dificultades cognitivas temporales siempre que se hayan realizado diagnósticos sistemáticos que soslayen como única herramienta de análisis la mera observación de comportamientos y conductas de niños, jóvenes y adultos en las aulas escolares y se valgan de los diagnósticos profesionales a través del trabajo interdisciplinar.

En la educación actual, considero que debe realizarse una reflexión seria y pertinente sobre los saberes pedagógicos y didácticos como piedra angular de los procesos de formación escolar y su relación con los conocimientos más interesantes hallados desde las neurociencias y la psicología cognitiva, máxime cuando en otras sociedades ha habido resultados sobresalientes ; es una condición sine qua non beber de las neurociencias siempre que no se tomen conceptos escuetos y vagos para decir que se aplican éstas en los procesos de formación educativa. Pues está demostrados que las potencialidades de los educandos se acrecientan cuando la maleabilidad del cerebro se estimula con aprendizajes significativos si se da una motivación- enseñanza- adecuada a sus necesidades y potencialidades, teniendo como soportes aspectos del contexto social, familiar y cultural donde se ejecutan.

Acorde a lo anterior valdría la pena lanzar unos interrogantes para acercarnos un poco más al asunto planteado en estas disquisiciones: ¿Qué es un trastorno de desarrollo cognitivo? ¿qué es una dificultad temporal cognitiva? ¿cómo el maestro sin la experticia de este conocimiento científico podría diferenciar entre uno y otro? ¿cómo desde la intervención pedagógica puede ayudarse al discentes con estas problemáticas para que no sea excluido ni estigmatizado? Son preguntas que contribuirían a entender, comprender e interpretar la complejidad que se vive en los procesos de formación escolar cotidianos de aula con los discentes. Asimismo, se tendría que analizar y preguntarse la forma de cómo, sin los conocimientos científicos de las neurociencias y con las pocas o nulas herramientas o recursos imprescindibles para realizar diagnósticos, los docentes del país van a ayudar, de buenas a primera, a solucionar en gran medida estos problemas, de los cuales hay montones en la realidad escolar colombiana.

Los estudios neurocientìficos tales como las Imágenes de Resonancia Magnética (IRM), las Imágenes de Resonancia Magnética funcional (IRMf), la importancia de los neurotransmisores en las relaciones sinápticas, entre muchos otros pueden ayudar y traer como consecuencias un sinnúmero de posibles nuevas formas de ver y aplicar la pedagogía y la didáctica en la formación escolar en todos los niveles, puesto que ofrecería conocimientos a quienes deseen desde la educación abordar esta problemática de una forma más práctica. También, hay que agregar que los estudios que abordan la importancia de los conocimientos del cerebro, en especial los relacionados con las funciones ejecutivas y sus relaciones con el aprendizaje, las clases de memorias, las cuales han sido estudiadas por diversos científicos y entidades que tal vez no guardan relación con la educación, pero que analizando muy bien sus aportes, pueden contribuir a una mejor comprensión y entendimiento de los procesos neurológicos que se desarrollan durante la dinámica del aprendizaje de los seres humanos.

Para terminar, se debe tener claro que la importancia y contribución de las neurociencias no está en enunciar los conceptos, sino en saber identificar entre los trastornos de desarrollo cognitivo relacionados con algún ligero defecto en la programación e información genética con aquellas dificultades cognitivas temporales las cuales son causadas por alguna situación social, cultural o de otra índole.

Los trastornos de desarrollo cognitivo, sin enunciarlos todos pueden ser: el autismo, el retraso mental, las deficiencias sensoriales, el TDHA, entre otros y pueden identificarse a través de un análisis sistemático serio que trascienda la sola observación. Es decir, se requiere la intervención de los profesionales especializados para coadyuvar con la familia y los maestros para poder atenuar un poco el problema. Además, las dificultades temporales cognitivas tales como la referidas al lenguaje y la atención pueden ser observables en el aula de clases y ser descritas a través de un informe y análisis de conducta que llegue al especialista para que éste con sus aportes trabaje con los maestros a resolver y desarrollar los aprendizajes del discente. Estas dificultades pueden tratarse eficazmente siempre que tanto la familia como el educando sean conscientes y consecuentes con el problema.

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